~Franccesca~
Mis manos temblaban al igual que todo mi cuerpo, probablemente lo hacían más por el movimiento del auto, pero sabía que más por era por mi. No podía ver a Maleka a los ojos, pero era incapaz de ver morir a mi madre sabiendo que tenía una opción, no era mi primera elección a tomar, ni una que quisiera considerar pero fue la que tomé porque sabía que era lo mejor.
— ¿A dónde vamos? — Pregunté con miedo a la respuesta.
— Tranquila, primero quiero hablar contigo — Dijo con un tono que no comprendía.
Siguió conduciendo hasta llegar a un lago, en el centro del agua se encontraba el monumento de una mujer recogiendo un poco de agua, era bello y delicado, el lugar en sí era tranquilo con el montón de árboles alrededor dando demasiada sombra y frescura.
— ¿Qué hacemos aquí? — Pregunté cuando se detuvo.
— Sólo baja, Franccesca.
La seguí bajando del asiento del copiloto, rodeamos un poco el lago y llegamos a un punto donde todo se veía mucho más hermoso, podía ver mejor la escultura a 3 metros de mi. Se sentó en el césped recostada en un Sauce llorón (agradezco pasar tiempo con mi abuelo siendo un amante de la naturaleza); acaricié su leño y arranqué algunas de sus hojas antes de posarme en el suelo junto a ella.
— Hace dos años... — Aguantó la respiración para evitar romper en llanto. — Mi madre y mi hermano murieron en un accidente automovilístico, me sentía perdida, sin esperanza, mi mejor amiga y mi alma gemela se habían ido. Mi padre se ahogó peor que yo... ya no lo veía, a veces pensaba que él creía que yo igual había muerto porque te juro por mi puta vida que después de eso dejé de importarle.
— Yo... — Me quedé helada, no quería mirarla aunque sabía que necesitaba saber que comprendía su dolor.
— Luego conocí a Eegan, en una de sus fiestas raras — Se rio irónicamente — Me enredé con él, varias noches, en una de esas noches dejó 85 mil liras en la mesa, las tomé sin pensar, pero en la noche siguiente me dio otro montón en persona; le dije que no me vendía, me preguntó que si entonces quería que dejara el dinero en la mesita de noche o en una cuenta de banco, volví a repetirle que no estaba a la venta y ahí me explicó como se manejaban las cosa.
— ¿Qué cosas?
— Ahí fue cuando me dijo que existían muchos hombres dispuestos a pagar un tiempo especial conmigo. Y no me creerías todo el montón que pagan hasta por solo acompañarlos a una cena o reunión y la propina en la cama.
— Mal, pero tu no necesitas dinero — Elevé un poco la voz — Estas podrida en billetes.
— ¡Podrida estaba por dentro! — Gritó en mi cara con lágrimas bajando por sus mejillas — Otras personas ahogan su dolor llorando, tomando, con drogas y yo que sé más mierdas, pero yo... yo pude ahogar mis demonios con sexo y si iba a ganar algo, bueno no iba a rechazarlo.
Puede que no lograba entenderla completamente pero podía sentir como su dolor salía de sus palabras y me pegaban en el pecho. Tal vez yo no tenga nada que ahogar pero si tenia a alguien a quien sacar de un océano de tormento que arrasaba con todo lo cercano que tenía.
— Bueno, sólo lo haré unos días mientras recolecto todo lo que necesito para el tratamiento de mamá y...
— Sol - Me interrumpió — El poder y el amor son peor vicio que cualquier droga. Y el dinero te ofrece obtener las dos.
— ¿Quién me pasará los contactos?
— Calma niña, primero tengo que hablar con Eegan, pasarle algunos datos y él te enviará fecha, hora y número de habitación.
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ASMODEO
Teen FictionAsmodeo es uno de los 7 principes del infierno, encargado de llevar al hombre dentro de las turbias aguas de la lascivia y condenando esas almas en el segundo circulo del infierno. La lujuria será la protagonista de esta historia cuando Franccesca...