━━ ⦗ falling! ⦘
❝ ayudar a un
amigo siempre
es un buen negocio. ❞
███████████ 𝙚𝙣 𝙙𝙤𝙣𝙙𝙚
en otro año escolar, la chica de
hufflepuff fue sorprendida por una
desesperada súplica...
━━━━━━━━━━━━ CAPÍTULO EXTRA UNA FRÍA NAVIDAD. ━━━━━━━━━━━━
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LOS PEQUEÑOS COPOS DE NIEVE SE CONGELARON sobre la cabeza de la joven de cabellos rubios, causando escalofríos en todo su cuerpo mientras caminaba hacia la entrada de su casa. Llevaba en sus brazos unas cajas llenas de regalos para sus amigos y familiares, adquiridos especialmente para navidad.
Tan pronto como abrió la puerta de la casa, vislumbró un árbol enorme en la esquina de la sala de estar, cubierto de adornos brillantes. Junto a la chimenea, estaban las tradicionales casitas de jengibre y calcetines colgados de un tono rojizo y verdoso.
Desde pequeña le encantaba el ambiente navideño. Le encantaba cómo la navidad la volvía a hacer sentir como una niña pequeña, el encuentro entre personas, abrir regalos y, sobre todo, la decoración de la casa. Una hermosa sonrisa pintó sus labios al encontrar la casa perfectamente decorada con un toque único y encantador.
Habían algunos regalos envueltos bajo el árbol, agregando un tono más encantador al evento navideño.
La pareja había pasado la mañana adornando el árbol. Cada cinco minutos, escuchaba la cálida voz de James cantando villancicos. A veces, demasiado fuerte.
―Parece que alguien quiere robar el trabajo de la Dama Gorda.―dijo Ellie, sorprendiendo a James con un beso en la mejilla.
―Ella tendrá miedo de mi talento.―él rió entre dientes mientras colocaba un plato de galletas y un vaso de leche cerca de la chimenea.
―En nombre de Merlín, ¿qué estás haciendo?―preguntó la mujer, arqueando una ceja con curiosidad.
―¿Crees que es justo que Papá Noel trabaje toda la noche y no se tome un refrigerio?―James se rascó la nuca con aire pensativo.―¿Crees que le van a gustar mis galletas?
―¿Hiciste galletas?
―Si.―asintió.―¿Por qué?
―No estoy segura de que le gusten.―bromeó, sonriéndole de forma burlona.
―Al menos mis galletas salen del horno.―espetó James, cruzándose de brazos.―A diferencia de tus galletas que siempre terminan quemadas.
Se miraron el uno al otro durante un minuto. Y luego, la mujer de cabello dorado rápidamente se apresuró a tomar una almohada aterciopelada y arrojó el objeto directamente a la cara de su novio, sin si quiera darle tiempo de apartar la cabeza.
―Buen tiro, artillero.―dijo con ironía.
―Deja la molestia de lado.―James sonrió con picardía.―Deberías decir eso en otras ocasiones.
