CAPITULO UNO

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Llamaban al timbre con insistencia. Sonaba en la parte de atrás de la casa, en la parte de la cocina.

No le gustó. Tuvo que dejar lo que estaba haciendo para ir a atender la puerta. Su padre no estaba, el hombre trabajaba todo el día.

Cuando abrió la puerta se encontró con el tío mas guapo que podía imaginar. No era habitual que tíos como aquel llamaran a su puerta. También parecía muy enfadado. No le dio tiempo a saludar.
- ¿Donde esta? Dile a ese enano que salga.
- ¿Perdón?
- ¿A que esperas? Dile al idiota de tu hermano que la cara. - Dio un paso hacia ella. Aquella chica no lo iba a dejar pasar. Pero tenia que encontrar al chaval. La habia cagado.
- ¡Eh! ¿A donde vas?
- Mira tía...o le dices que salga o entro yo a buscarlo.
- Mira tío... - Le devolvió las palabras. - ...yo creo que no vas a entrar.
- Estoy muy cabreado...no te conviene tocarme las narices...
- ¡A la mierda tío! - Fue a cerrarle la puerta en los morros. El chico paro la puerta a tiempo.
- ¿Que me has dicho? - Se fijo en ella por primera vez. Tenia los ojos negros mas bonitos que había visto nunca.
- ¿A que has venido? No se lo que quieres ni lo que buscas y mira que educación...¡Adios!

Iris cerro la puerta definitivamente, aquel tío había conseguido fastidiarle la tarde.

¡YO TAMBIÉN TE QUIERO, PRECIOSA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora