CAPITULO DOS

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Jeny tenia razón, su padre sentía debilidad por ella y cuando después de cenar la muchacha pidió permiso para salir un rato con su grupo de amigas, el hombre cedió a pesar de la travesura de aquella tarde.

Alvaro también salio despues de cenar con sus amigos, antes de su ir a donde tenían planeado fueron a un bar de copas, él y sus cuatro amigos saludaron a los conocidos y a algunas chicas con las que habitualmente  se juntaban para salir de marcha.

De pronto la mirada de Alvaro se fijo en ella. No esperaba verla alli. Era ella, la hermana del pavo que le había quitado el móvil a su hermana. Era preciosa. ¿Como era posible que nunca se hubiera fijado en ella? Además de aquellos ojos negros tan brillantes tenia una sonrisa contagiosa y un pelo largo y rizado, todo lo contrario de lo que marcaba la moda. Se desconecto de la charla de sus colegas y la miro a sus anchas aprovechando que ella no se había dado cuenta de que él estaba allí.

A los pocos minutos Iris cambio de posición y se encontró con la mirada fija del tío que había estado esa tarde en su casa  tocándole las narices. Decidió ignorarlo y que él no la afectara, no tenían los mismos amigos, no tenia por que preocuparse. Pero después de un rato, él seguía mirándola y bebiendo de su cerveza. De pronto a Iris se le ocurrió una travesura. Lo miro, se puso bizca y le saco la lengua como una burla de una niña pequeña.

¡YO TAMBIÉN TE QUIERO, PRECIOSA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora