¡YO TAMBIÉN TE QUIERO, PRECIOSA!

CAPITULO TRECE

La bandeja estuvo a punto de caersele y eso la hizo reaccionar y moverse. Quería irse,lo tenia claro.
- Lo siento. - Dijo con voz rara. - Dejo la bandeja sobre la mesa y con una rapidez desconocida recogió sus cosas mientras Alvaro trataba de apartar a Nuria.
- ¡Mierda! Quita...¡Iris! Espera...

Iris no oía a Alvaro, solo tenia la sensación de un zumbido en su cabeza y de que algo estaba mal, muy mal.
- ¡¡Iris!! - Grito Alvaro levantándose de manera forzada de la cama. Le dolían tanto las costillas por el movimiento brusco que no podía casi caminar, solo llego al pasillo llamándola a gritos. - ¡¡Iris!!

Jeny y Pau se asustaron al oír los gritos y se asomaron al pasillo y a las escaleras. Vieron a Iris bajar con la cara pálida.
- Iris, ¿Que pasa? - Le dijo Jeny.
- Nada. Tengo...tengo que ir a casa.
- ¡¡¡Iris!!! - Grito otra vez Alvaro desde arriba de la escalera, no podía seguirla, si lo hacia caería por las escaleras... Entonces vio a su hermana y a Pau abajo. - ¡Jeny! Sube...¡De prisa!

Jeny hizo lo que le pedía su hermano, cuando llego a su habitación vio a la intrusa semidesnuda bailando en el centro de la habitación. - ¡Echala! ¡Saca fuera a esa zorra!

Jeny se puso furiosa comprendiendo lo que había pasado.
- ¡¿Como se ha colado esta guarra aquí?! - Jeny entro y empezó a sacar a empujones a Nuria al tiempo que le gritaba insultos apropiados solo para alguien como Nuria. Pau oyó a la que él esperaba que algún día fuera su novia gritar aquellas palabrotas, él estaba al pie de la escalera, la escayola lo tenia prisionero y había muchas cosas que no podía hacer así que se quedo con las ganas de ayudar a Jeny a echar fuera a aquella guarrilla que había herido a su hermana.