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— Oigan, ¿Y Tae? —pregunta Jungkook a Namjoon y Jimin al llegar a la sala y no ver al castaño por ningún lado.

— Ni idea. —responde el mayor sin levantar la vista de su celular.

El pelinegro algo decepcionado sin saber el porqué, se sienta junto a Jimin, quién pareció no haberlo oído. Buscando con que distraerse, trata de descubrir qué mantenía al rubio tan entretenido. Cuando de repente se abre la puerta principal dejando que se escucharán algunas risas.

Curioso alza su mirada queriendo saber quiénes habían llegado con tanto entusiasmo, hallándose con una escena que le produjo una extraña sensación en el pecho.

— Hola... —saluda Jungkook con una sonrisa temblorosa interrumpiendo la conversación que mantenía la pareja caminando hacia la sala.

— Oh, hola Kookie. —responde el pelirrojo al reparar en la presencia del menor.— Jimin, Namjoon.

Ninguno de los nombrados le prestó atención al saludo de Hoseok. Estaban tan absortos en sus celulares que nada a su alrededor parecía existir.

— Hola hyung... —articula el pelinegro intentando captar la atención del castaño. Sus ojos no dejaban de observar la manos entrelazadas de sus hyungs.

— Ah, hola Kookie. —le devuelve el saludo con indiferencia mientras arrastraba al pelirrojo a la cocina con él.

Jungkook se quedó mirando como el castaño se iba entre risas con el pelirrojo, ignorando por completo su existencia. No sabía el porqué, pero algo dentro de su pecho no dejaba de doler.

— ¿Qué le pasa a Tae? —interroga Namjoon al notar lo distante que se comportó el castaño con el menor; aparentemente no estaba tan absorto en su celular como parecía.

— Está extraño. —le sigue Jimin ante la inusual actitud de su amigo.

— No tengo ni la menor idea... —susura el pelinegro levantándose del sofá encaminandosé hacia su habitación cabizbajo.

Namjoon y Jimin conectaron miradas percibiendo el repentino cambio en el comportamiento del pelinegro preguntándose qué le había pasado y no se detendrían hasta averiguarlo.

•••

— Jungkook... —se escucha la cantarina voz de SeokJin detrás de la puerta.

— ¿Uh?

Al oír el murmullo del menor abre la puerta hallándose con un cuerpo echo bolita en la esquina de la cama cubierto con una sábana de pies a cabeza.

— Jungkook...

— ¿Qué desea hyung? —pregunta con la voz apagada sin mirar al castaño.

— ¿Qué te pasa Kookie? —pregunta preocupado sentándose en el borde de la cama. — Namjoon me comentó que estabas raro.

El pelinegro reuniendo las fuerzas que no tenía se seca las lágrimas que manchaban la sedosa piel de sus hermosas mejillas y encara al mayor.

— Estoy bien hyung, ¿No lo ve? —murmura intentando sonreír y sin darse cuenta una lágrima se deslizó por el borde de su barbilla.

— Oh, Kookie... —musita abrazando al pelinegro quién al sentir los brazos del castaño alrededor rompió en llanto.

Jungkook lloraba pero no sabía la razón del porque lo hacía. Solo sentía una fuerte opresión en su pecho que le dificultaba respirar, la sensación era tan abrumadora que las lágrimas no tardaron en llegar.

— ¿Ya estás mejor? —murmura al sentir que los sollozos del menor habían cesado.

— Si... Gracias. —susurra alejándose.

— Si te pregunto el motivo por el cual llorabas ¿Me dirías?

— ¿Me creería si le dijera que también desconozco la razón por la cuál lo hago? —dice volviendo refugiarse entre sus sábanas. 

— Está bien Kookie, no preguntaré. —se levanta dirigiéndose hacia la puerta, no si antes colocar un pequeño beso sobre la frente del menor.— Si necesitas algo ya sabes dónde encontrarme.

Eso fue lo último que Jungkook escucho antes de que la puerta fuera cerrada dejándolo nuevamente en plena soledad con su confuso corazón.

Eso fue lo último que Jungkook escucho antes de que la puerta fuera cerrada dejándolo nuevamente en plena soledad con su confuso corazón

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Antes de todo ofrecemos una disculpa por los posibles errores ortográficos, sin más esperamos que te haya gustado esta historia.

🎭Se despide SinisterGirls

No te dejes consumir por el miedo, vive, sé libre y disfruta de lo hermoso que puede llegar a ser el amor.

— Steph and Oliv.

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