Capítulo 19

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-Hola- Dijo Lucifer entrando a la habitación donde nos encontrábamos mi hermana y yo- Me enteré que tuviste una recaída- Lo miré frunciendo ligeramente el ceño- Por ahora, solo necesitamos devolver a los retornados- Miré Ariana- Es hora de que vuelva Annia, Katrinia tocará la canción.

-¿No puede quedarse un poco más?- Pregunté. Él negó, y yo asentí- Ariana... Escúchame- Ella se encontraba mirando la chimenea y se giró para encararme, Katrina había acabado de entrar a la habitación y se hizo a mi lado- Ya conoces a Katrina, la conociste está mañana- Mi hermana abrió un poco los ojos y negó- Irás con ella, ella va a regresarte de dónde vienes.

-No, no, no Annia. Yo no quiero morir de nuevo, no me hagas volver- Ariana empezaba a alterarse, la tomé del rostro he hice que me mirará.

-Tienes que hacerlo, Ariana, tú ya no eres de aquí- Sus lágrimas empezaron a correr- Ariana... Yo te amaré siempre, pero este ya no es tu lugar, ya no estas viva.

-No te volveré a ver- Le limpié sus lágrimas.

-Tengo el presentimiento de que nos volveremos a ver- Ambas sonreímos, me dió un beso en la frente y asintió- Seremos hermanas siempre, viaje bueno Ariana.

-Viaje bueno Annia.

-La cuidaré bien, Annia- Habló Katrina, la tomó de la mano- Te espero afuera Lucifer- Él giro su mirada a mí y acaricio mi rostro con su pulgar.

-¿Me odias?- Me preguntó algo temeroso.

-¿Odiarte?.

-Cuando tuve que llevarme a Karina tú...

-No- Lo interrumpí- No, no digas eso es pasado. Yo entiendo está situación- Lo abracé- Ya lloré la muerte de mis hermanas, ya no las puedo llorar más- Él soltó un suspiro- Te amo- Susurré, Lucifer puso su frente contra la mía- Te amo- Le dije, y ambos nos besamos.

-No puedes venir con nosotros por que eres una especie de retornada- Me explicó- Pero te prometo que me aseguraré que Ariana esté bien- Asentí- Te amo- me dió un beso en la frente y empezó a caminar a la salida. En un arranque de impulso lo alcance y lo bese de nuevo, en ese momento fue como beber agua después de caminar por mucho tiempo, lo bese y me correspondió con hambre atrasada. Un mal presentimiento se instaló en la boca de mi estómago.

Pov's Lucifer

Mire la mansión al salir al jardín, estaba completamente oscura y no sé por qué tenía un mal presentimiento. Me metí en el auto junto a Katrinia, Ariana y empecé a conducir. Haríamos el ritual desde la iglesia, desde allí llamaríamos a los retornados, desde lo alto de la gran catedral el Arcángel del Infierno tocaría la melodía de la muerte. Miguel estaba muy ocupado en el cielo, no solo calmando al cónclave de ángeles por todo el revuelo que se ha armado, sino también, evitado que ningún retornados entre al cielo, Gabriel debía estar con él, Anaciel se encontraba buscando una cura para Annia, habían problemas en el Infierno, así que tampoco pude poner ningún guardian a custodiarla así que se encontraba sola prácticamente. Ariana se encontraba calmada, lo estaba tomando todo de una forma muy tranquila y no sabía si preocuparme o alegrarme por un problema menos. Y a pesar de lo que creí, fue algo positivo para Annia, por un momento la vi feliz y más que eso, logro hacer las pases con su hermana. Quería que ella se salvará para que pudiera volver con su madre, más que por mí, lo hacía por ella. Llegamos a la iglesia, le dimos la vuelta hasta el gran jardín de la parte de atrás. Solté un suspiro, esperaba que esto no se saliera de control. Me miró, yo asentí, Katrinia saco el violín y tomando su forma natural saco también sus alas y se elevó por los cielos. Sus ojos eran completamente azules, azul celeste, sus negros cabellos se veían relucientes con la luz lunar, su vestido era negro y la capucha que le cubría brevemente la mitad de su calaverico rostro. Puso el instrumento en la curvatura de su cuello, afinó un poco y luego una melodía resonó en medio del espacio mismo, era una tonada tan triste y melancólica que podría llegar a entristecer el alma más alegre. Sus alas se movía en los cielos y era como la mismísima muerte. Uno a uno empezaron a llegar las almas retornadas, atraídas por la hipnótica melodía. Era un desfile de almas errantes, un caminar melancólico de personas, incluso, niños que habían tenido una vida larga o corta. Extendí mis alas y volé al lado de Katrinia mientras ella seguía ensimismada tocando la canción, sus ojos representaban en vacío de haber sido nacida y criada en el infierno, creada para matar y privada de sentir algún tipo de emociones humana, de no tener una familia, de haber sido torturada, de jamás haber tenido un alma. De todas mi creaciones, de todos los arcángeles del Infierno, Katrinia, el ángel de la muerte, fue de quién más me arrepentí de haber creado, yo sentía cada cosa que sentían mis creaciones, sus dolores y agonías las podía sentir el triple. El dolor, el sufrimiento, la soledad y la agonía de ella la he sentido calarme los huesos en más de una ocasión. Uno a uno cada alma se fue y la última en marchar fue Ariana que agradecida y a la vez resignada ascendió y está vez, para siempre. Finalmente la melodía ceso y al descender el ambiente se sentía menos pesado, más calmado y silencioso. Fue eso lo que más me asustó, la calma casi nunca era algo bueno. Habíamos quedado solos, solos completamente. De vuelta las calles era solitarias, la tranquilidad que se respiraba en el ambiente no la habíamos respirador hacía bastante tiempo, solté un suspiro. No sabía si esto era una buena o mala señal, yo esperaba que fuera una buena. Al llegar de nuevo a casa me baje de auto y en el pórtico se encontraba Annia, corrio hacia mí y me abrazo.

Arcángeles Del Infierno #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora