JACOB

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ACTO: 1

1

Un joven de aparentemente de veinte años yace en un cuarto a oscuras, sentado en las sombras y con apenas un poco de luz que ilumina el ambiente. El joven, sentado, toma una vieja guitarra y comienza afinarla. La concentración en el es plena y dedica cada segundo para encontrar el tono correcto entre las cuerdas. Con muecas de negatividad y con ambos ojos centrados en las cuerdas, sus oídos continúan con la búsqueda del firme tono de las mismas.

Comienza con un rasgueo en el centro del instrumento, toca la primera, después la segunda cuerda y continúa con las siguientes cuatro cuerdas. El joven logra encontrar el tono para que esa guitarra pueda exhalar el sonido de una guitarra acústica. El sujeto abre los ojos y comienza a tocar una pequeña melodía que recuerda lo solo que es ese cuarto, un ritmo de paz y serenidad, un sonido de silencio a travez del aire, un poco de melancolía se transmite. Cuando el hombre se deja llevar por el sonido de su instrumento, cierra los ojos para poder sentir aún más la música que sale entre sus dedos.

-es una hermosa canción papá.

De la nada una pequeña voz emerge, el joven se detiene y voltea hacia atrás para observar el origen de la voz.

Una pequeña niña con cabello color negro, caucásica, un gran abrigo a su medida color violeta y una bufanda color blanco cubriendo su pequeño cuello, botas pequeñas de invierno del mismo color y con calcetines blancos de igual de abrigado, ojos color miel y una gran sonrisa qué alegraría a cualquier persona que viera tal alegría reflejada en esa niña.

-no cariño, no es una canción, solo es...- mirando nuevamente a la guitarra. Solo es una pequeña melodía.

La niña extrañada, inclina la cabeza hacia la derecha -¿porque no es una canción?- parpadeando varias veces con extrañes.

-porque aun no está terminada y, bueno..., solo tengo una pequeña parte. El joven miraba a la dulce niña, mientras sostenía la guitarra en sus piernas.

-¿puedes cantarme esa canción papi?- acercándose a su padre con las manos juntas y mostrando una sonrisa con sus ojos resplandecientes de emoción.

-claro, ven aquí- tomando la postura de un guitarrista. La niña toma un pequeño banco y se coloca a un lado de su padre con tal entusiasmo que sus mismos ojos brillan al ver el pequeño show. El padre de la niña vuelve a colocar su dedos en el brazo del instrumento y, tomando un poco de aire, comienza a cantar mientras toca la guitarra.

Un pequeño ritmo de seriedad habré el sonido de la guitarra:

-Soy solo un pobre que va por este camino extraño- continuando con el tono serio.

-Viajando a través de este mundo de dolor.

No hay enfermedades, fatigas ni peligros...

En ese país de hadas al cual voy.

Estoy yendo allá a ver a mi madre.

Ella me dijo que me veía cuando yo fuera- la niña continuaba viendo feliz a su padre cantar.

-Tan solo voy... más allá del Jordán.

CANCIÓN DE VIENTO: Éxodo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora