JACOB

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El atardecer envolvió a la ciudad de Across; el cielo se había pintado de un color naranja tan intenso que las mismas nubes estaban teñidas del mismo color. El Ayuntamiento donde se llevaría acabo el evento de la sucesión del poder del primer ministro a su hijo estaba en boca de todos. El lugar estaba lleno de pancartas con la leyenda "para un futuro mejor" y en la misma aparecía el hijo del primer ministro como modelo de la propaganda. Los invitados estaban llegando al lugar, no solo personas del mundo de la política, sino también grandes empresarios de otras tierras modernas, gente con gran influencia y contactos del índole de poder.
El Ayuntamiento era un lugar bastante grande con el acabado del estilo de un templo romano donde se adoraban a grandes dioses. Tres grandes pilares al frente de cada lado de la entrada y una gran escalinata para llegar a la misma, el color de la edificación de un tono blanco mármol y en la parte de atrás del monumento estaba rodeado de un gran lago que en sus aguas cristalinas se pintaban del mismo color del cielo naranja. Los turistas podían subir en pequeñas barcazas para dar un paseo al rededor del lago y tener una espectacular vista del ayuntamiento desde la parte de atrás. Era como ir de campo pero en barcaza y podías estar por horas disfrutando de la cálida brisa del lago que regalaba durante el día, siempre y cuando llevarás suficiente dinero para pagar por la hora en remo.
Los invitados descendían de las elegantes carrozas que la turística ciudad les ofrecía; también llegaban en sus autos lujosos y llamativos. En Across no era muy raro ver automóviles transitando por sus calles, ya que era una ciudad para personas de clase y privilegiadas. Los grandes vestidos de las damas era bastante hermosos para la mirada de cualquier persona sin importar la clase social que fuera. Largos, robustos, llamativos por los mil y un colores que mostraban, brillosos, escotados ligeramente y algunos muy pronunciados, era la competencia entre las mujeres en el evento pero no hay que olvidar a los caballeros, ya que ellos presumían también sus finísimos trajes de marca, sombreros de todo tipo y tamaño de un aristócrata, los zapatos finos y sin perder de vista las joyas; todos podían vestir de la manera más elegante pero nadie perdía de vista el tipo de joyas que portaban todos y entre los hombres, además de sus finos autos, sus relojes de bolsillo bañados en oro para poder deleitar alguna dama que busque un poco de compañía o también algún caballero que busque lo mismo sin importar de quién se tratase.
La prensa ya estaba en el lugar, escribiendo en libretas los nombres de los invitados reconocidos por toda Runtera, no se perdían de ningún momento que fuese importante para anotar y escribirlo en el periódico matutino, también para narrarlo en las estaciones de radio. Jacob se encontraba en el lugar, vestido de traje pero ahora un poco más fino y una gabardina color café para poder salir un poco más "desapercibido" según él. Tenía un sombrero pequeño del tipo comercial y un gafete de periodista de un periódico de Nueva Capital; también portaba una cámara fotográfica y una pequeña libreta que sobre salía del bolsillo frontal derecho de su gabardina junto con un pequeño bolígrafo. Jacke observaba con mucha atención al público para tratar de identificar algún conocido pero fue en vano, lo único que reconoció fue aquellas personas que algún tiempo atrás contrataron sus servicios para ciertos asuntos no muy buenos para contar.

-atención por favor, atención- gritó un hombre canoso y con bigote del estilo ingles. Por favor damas y caballeros, préstenme un poco se su atención- levantando las manos para llamar la atención. Les pido de la manera más atenta que comiencen a entrar al recinto ya que nuestro señor ministro dará por comenzar su discurso de despedida.

Los invitados sin más espera comenzaron a ser a un lado las entrevistas y las sesiones de fotos para entrar a escuchar tan emocionante discurso. Jacob miro a los reporteros de la prensa y comenzó a seguirlos. En la entrada había dos filas, la primera que ya hacía al lado derecho era para los invitados de honor cuyo invitación era en un sobre color rojo refiriéndose a las personas de primera clase y al lado izquierdo ya hacía la fila para la prensa quienes no tenían una invitación tal cual, sino una carta dando a conocer el motivo de su visita y también tenían que mostrar su identificación de prensa. Los custodios del ayuntamiento hacían la labor de revisar las invitaciones y gafetes. Cuando toco el turno de jacke para ingresar al Ayuntamiento, uno de los custodios lo miro fijamente.

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⏰ Última actualización: Jan 13, 2022 ⏰

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