Capitulo 8: Pedido de ayuda (El comienzo del fin - Parte 3).

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Jake Kobayashi - Ruby Kumari - Daniel Rhodes

Una gota de sudor paseaba por su frente, las sudorosas manos de todos los involucrados se encontraban listas para desenfundar las armas y abrir fuego al mínimo sospechoso movimiento. En esos intervalos de silencio, el ruido de las aves e insectos nocturnos que merodeaban por la zona se oían cada vez más lejos, como si ellos presagiaran que algo malo inevitablemente ocurriría. La tensión era máxima y la incertidumbre de qué pasaría lo era aún más. El futuro de dos comunidades completamente distintas estaba en juego en ese preciso instante.

—¡Déjalos pasar! —Ordenó un agotado Jake, mientras sus piernas le comenzaban a fallar.

— ¿Quiénes son?. ¡Respondan! — Eva, la tranquila chica, ahora se encontraba alterada gritando al grupo armado apuntándolos con un pequeño revolver. Ella al igual que Marlon seguían en shock y sin procesar que en esa maldita misión fueron ocho personas y ahora solo quedaban tres— ¡Ruby, Alicia, no abran las puertas! —El portón continuaba separando a los dos grupos, detrás de esos angostos barrotes de hierro puro pintadas de un color blanco se oían los murmullos de personas temerosas que por curiosidad asomaban sus cabezas para ver de que se trataba aquel intenso show de medianoche.

— Tranquila señorita, como dijo mi compañero no buscamos  una pelea. Venimos a ayudar, para eso pido con toda la amabilidad de que nos dejen pasar para que podamos conversar como seres racionales que somos —Responde nuevamente el chico de la ballesta de tez morena, delgado, con un fino bigote y un acento extranjero muy marcado y extraño. Alicia y Noah se miraron uno al otro ¿Qué estamos haciendo?, la misma pregunta pasó por la cabeza de ambos amigos.

— Eva te lo pido por favor, ¡baja el arma de una puta vez! —Grita un aterrorizado Marlon que seguía sosteniendo a un muy herido Jake que parecía se desplomaría en cualquier momento. 

Al otro lado de los barrotes de hierro, dentro de la comunidad, todos estaban pendientes de la situación. Con Ruby a la cabeza, dialogaban con los intrusos que se mostraban amables y amistosos, pero esto no la persuadía para nada, para Ruby fácilmente el nuevo amable grupo podría ser un lobo disfrazado de oveja tratando de ingresar al rebaño. Pero tanto Ruby como Jake, las cabezas y lideres de la comunidad, eran consientes de que el tiempo se acababa y al final no tendrían otra opción más que dejarlos pasar, sabían que si los intrusos quisiesen entrarían, ellos no eran rival contra todos esos rifles de asalto, subfusiles y pistolas, esas ocho personas estaban mejor armadas que toda su comunidad.   

— Abran...por favor —Pide Jake una última vez entre quejidos, él seguía manteniéndose en pie gracias a Eva y Marlon, tambaleándose se acercó como pudo a los barrotes y clavó su mirada en Ruby, su amiga se acercó y entre susurros el chico dijo— No tenemos otra opción.

Ella lanzó un suspiro tras volver a la realidad, aceptando la única opción que tenían. Al dar la vuelta pudo encontrarse con la multitud que se formó detrás suya, algunos alumbrando con linternas y lamparas, otros pocos apuntaban con las pocas pistolas que su comunidad disponía a los intrusos. Miró a Alicia que se encontraba a su lado, una vez las dos amigas cruzaron miradas, supieron qué hacer, rápidamente la chica rubia caminó en dirección al patio trasero a su nueva y urgente misión. Ruby dio una última mirada rápida a su alrededor antes de abrir el portón, al notar la ausencia de André pidió un último favor a su amigo el arquero que se encontraba a pocos metros a su izquierda apuntando a los extraños.

— Noah, ve y busca a André, llévalo a un lugar seguro y asegúrate que no salga hasta que todo esto se resuelva. Él puede ser nuestra mejor carta para salir de esta situación. Prepara a todos para una posible pelea— Todos sabían que cuando la tranquilidad y dulzura desaparecía de la voz Ruby, la situación era crítica —¡Por favor, nadie dispare una a vez se abran las puertas!, nuestros nuevos amigos solo quieren dialogar, seamos buenos anfitriones. Ahora vayan todos a sus cuartos a descansar, ha sido una larga noche —Dice poco convencida y desconfiada.

A.Z: El último Omega.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora