Capitulo 6: Los ojos color esmeralda (El comienzo del fin - Parte 1).

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Sebastian - Ronnie Ross - Alessandro D'Angelo

El grupo de Sebastian, Alex y Ronnie fue el primer de los tres grupos de exploración en cruzar la abandonada calle Horizonte que de cierta forma se hermoseaba con automóviles de todo tipo de colores, marcas y tamaños, la mayoría mal estacionados en la agrietada y vieja acera. 
El ambiente era un continuo y frágil silencio que se sentía se rompería en cualquier momento por algún motivo que pondría en peligro la vida del equipo, sentimientos y emociones como el miedo y la ansiedad recorrían como electricidad por sus espaldas.
Su misión estaba clara, intentar rastrear al thinker con ayuda de Ronnie, (quien fue la última persona que vio hacia donde fue) una vez ubicado intentar acabar con él con ayuda de las habilidades de Sebastian y Alex para el combate y aniquilación de muertos vivientes, el grupo de jóvenes había puesto "toda la carne en el asador" enviando en el mismo grupo a sus dos mejores "guerreros".

La mayoría de casas dentro de la Zona Roja en la que se encontraban eran pequeñas y simples, prácticamente una copia una de la otra, separadas por altas vallas de maderas o acero, exceptuando las cuatro lujosas casas ubicadas en cuatro de las seis distintas calles que se desprendían de la Calle Horizonte.
Una característica que compartían todas las Zonas Rojas de todo el país era la existencia de mínimo una lujosa y gran casa de dos o incluso más pisos (dependiendo de la zona en la que se encuentre), en el pasado, estas casas eran dadas a las familias de los niños con el Omega con mayor coeficiente intelectual de su Zona Roja o al niño que avanzaba con mayor rapidez y eficiencia en sus estudios, funcionaba como una especie de "recompensa", recompensa que los niños provenientes de familias pobres no podían ni debían desaprovechar. El gobierno de aquel entonces creyó que esa seria una buena manera de motivar a los niños con el Gen Omega a ser los mejores "¿Quieres que tu familia tenga una vida digna y llena de lujos?, estudia de forma inhumana todos los días de tu vida hasta que nos seas útil, sin importar que pierdas tu niñez y adolescencia" . Con el transcurrir del tiempo esta arcaica forma de pensar desapareció y muchas de las Zonas Rojas fueron usadas en su mayoría como residencias sociales o lugares habitados por personas con bajos recursos. 

— ¿No se supone que encontrar a una horda sea fácil?, digo, ¿Cómo no puedes ver que un grupo enorme de errantes y corredores se juntan como si fuera un maldito concierto? —cuestiona susurrando Alex mientras pasaba sus manos por sus bolsillos y cintura asegurándose de tener su ya típica pequeña bolsa de arpía.

— No, la horda con la que nos encontramos actuaba distinto. No vagaban sin rumbo como se supone que lo deben de hacer, esta se encontraba dentro de una casa, como si estuvieran invernando... o descansando —el dolor comenzaba a palparse en las palabras de Ronnie, Sebastian pudo darse cuenta e intervino creyendo que así evitaría que su amigo volviese a entrar en una crisis, Sebastian más que nadie sabe lo que se siente no tener el control de tu propio cuerpo.

— Es por eso que lo mejor es guardar silencio. No necesitamos despertar a una horda de su siesta.

Las vacías y agrietadas calles post apocalípticas se encontraban infestadas de bolsas de basura, hojas secas y otros desechos que deambulaban haciendo de rodamundos, volando y girando al más mínimo soplo de viento que se manifestaba. 
El trío trepó la primera alta valla de madera que escondía el patio de la primera casa gracias a un contenedor de basura que se hallaba abandonado en medio de la calle.
Tratando de ser lo menos ruidosos posibles, por fin lograron aterrizar en el patio trasero. Acordaron entre todos no ir ni tampoco siquiera asomarse a los jardines delanteros ya que muchas casas de aquella Zona Roja no poseía ningún tipo de valla ni cerca delantera, así que por obvias razones caminar por las partes delanteras de las casas era un completo y total suicidio, al quedar completamente a la vista llamando la atención de todos los peligros existentes. 

A.Z: El último Omega.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora