Jake Kobayashi - Amanda Pérez - Lee Shin-sung
Ya en la tercera calle dentro de la primera casa, Jake, Lee y Amanda pudieron oír aquel atemorizante grito de guerra proveniente de lo que parecía ser un no humano, provocando cierta inquietud en el trío, inquietud que crecería con el pasar de los segundos y que fue potenciado con el extraño exceso de calma y tranquilidad de la noche.
— ¿Escucharon eso? —los tres igual de desconcertados, intercambiaron miradas con el seño fruncido—¿Qué-que creen que fue eso? —pregunta temeroso Lee.
— Espero esta vez no actúes como una gallina, Lee —responde desafiante Amanda.
— Estén atentos, sea lo que sea eso no es buena señal —en su cabeza Jake pidió al cielo que sus amigos se encuentren bien.
El trío siguió investigando juntos dentro de la pequeña casa, separados entrando habitación por habitación aparentemente sin toparse con nada importante ni con nadie.
— ¡Oigan, chicos!, miren lo que me encontré —Amanda y Jake se asomaron al pasillo en donde se toparon con Lee sosteniendo felizmente una antigua lampara de queroseno en la mano— ¿Alguno de ustedes tiene un encendedor? —sus compañeros cruzaron miradas para luego negar con la cabeza— No pasa nada, creo que tengo uno en mi bolsillo.
Luego de abrir algunos cajones de una mesa llena de polvo y no encontrar nada interesante mas que algunas facturas vencidas de agua y luz, Jake abandonó la habitación con las paredes pintadas color azul marino en la que se encontraba, una vez en el estrecho pasillo se dirigió a la última habitación que aún no había sido inspeccionada.
En el momento en el que trató de abrirla esta se encontraba bloqueada, tardaron segundos para que sus ojos se abrieran como platos. Fue aquella puerta bloqueada el desencadenante para que Jake en un acto de paranoia y desesperación poco a poco empezara a encajar piezas sueltas y luego de mucho tiempo creyó tener por fin un panorama completo de toda la situación, "Capaz no había horda, capaz Dominic y Ronnie en verdad mintieron, aquellas heridas, aquellas inconsistencias en sus historias, esos rumores esparcidos con malicia, ¿eran traidores?, ¿por qué?, ¿cómo saben lo del thinker?, ¿lo inventaron?, ¿y si el peligro no se encuentra fuera?.. y si el peligro se encuentra dentro de la comunidad...". Con recelo Kobayashi se guardó para sí mismo la teoría que no debía de ser revelada sin antes tener pruebas contundentes. Pero primero debía de comprobar lo que había detrás de la puerta, él creía que era lo que daría sentido a todo.
Fue caminando hasta el cuarto en donde se encontraba Amanda para pedir prestado su cuchillo.— ¿Debería de preocuparme por el hecho de que me pidas mi cuchillo?.
— No —contesta, extendiendo su mano esperando a que su compañera cooperase. Antes de salir de la habitación Jake sugiere— Ve a la ultima casa y da la señal, la zona está despejada. Los alcanzaré una vez terminé lo que tengo que hacer.
— ¿Cómo estas tan seguro de que la zona está libre?, apenas vamos por la primera casa —Amanda resopló— al final será cierto lo que dicen de ti, menudo payaso —se dijo para sí misma en voz baja.
— Asegúrense de llevar la mochila con las bombas molotov. Ten cuidado cuando vayas —hizo una pausa en la que se aclaró la garganta— por favor.
Jake se acercó a la puerta bloqueada, de ruido de la puerta principal abriéndose y cerrándose de fondo hizo quedarse parado por unos instantes frente a aquella "luminosa" puerta.
Transcurrieron pocos minutos para que logre abrirla con ayuda del cuchillo. Una vez dentro notó como todo estaba en completa normalidad, un haz de decepción lo inundó pero logró recomponerse de manera rápida manteniendo las esperanzas de encontrar lo que buscaba si tan solo se esforzaba un poco más.
Se topó con una antigua oficina con una mesa y distintos muebles con varias carpetas y archivos, se acercó a unas estanterías pegadas a la pared al otro extremo, echando una rápida mirada a algunos viejos libros inundados de polvo. Sabía que allí dentro había algo más, volteando miró con más detenimiento y mayor panorama la habitación.
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A.Z: El último Omega.
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