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Aviso!
Como ya informe está es una historia basada en el juego de Duskwood y obviamente en la historia veremos a MC, sin embargo he decidido darle un nombre, ya que para mi es más fácil trabajar emociones cuando el personaje tiene una identidad, pero si ustedes lo desean, podemos cambiar ese detalle :)

Eso es todo por el momento, espero que la historia sea de su agrado. ;)

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Dicen que recordar es volver a vivir, pero... a veces esto se vuelve tan doloroso que sueles entrar en conflicto con tus propios sentimiento.

Que duro es cuando los recuerdos más hermosos de tu vida también son los más dolorosos. El destino nunca es justo, entrelaza la historia más increíble y hermosa de amor con acontecimientos tan desgarradores y aterradores que parecen sacados de una película de terror.

Ahí estaba ella, la chica que había logrado ayudar a un grupo de chicos con un misterioso caso en el que trataban de encontrar a una amiga desaparecida. La chica se encontraba sentada en uno de los taburetes frente a la barra de un bar, ese bar al que en el pasado se le había rogado, no visitar.

El bar Aurora, un lugar de discordia, por un lado un chico que quería conocerla y cortejarla la habia citado ahí y por otro lado, un chico que deseaba mantenerla alejada del lugar por temor a que le pasara algo, opción que pesó más en ella en ese entonces.

―Alice, no sabía que estabas aquí, ¿porque no me llamaste? ―un apuesto hombre se acercó a ella desde el lado inerior de la barra. ―ya te estuviera haciendo compañía.
―Lo siento Phil, no era mi intención molestarte, no vine a distraerte de tus deberes, sólo vine a tomar un trago.
―Tranquila, los beneficios de ser tu propio jefe son poder tomarte un descanso de vez en cuando. Por cierto, este lugar no es el indicado para ti en este momento ―habló el chico tras ver que su semblante mostraba una gran tristeza y que delante de ella había varias copas ya vacias y una en su mano ya a la mitad. ―No creo que la bebida te ayude en este momento. ―él se inclinó sobre la barra para alcanzarla y con su mano tomarla del mentón para que levantara el rostro y así poder secar las lágrimas que comenzaban a mojar sus mejillas. ―cuando el dolor nos inunda lo que menos debemos hacer es refugiarnos en el alcohol, ¿no te parece mejor hablar con uno de tus amigos?
―Phil, no puedo, no se me hace justo agobiar a mis amigos con esto, no cuando ellos ya están volviendo a su vida normal...
―Si no quieres agobiados a ellos, ¿porque no hablas conmigo? Anda, te hará sentir bien desahogarte.
―Pero... ―la chica dudó, ella había tratado de mantenerse lo más alejada posible de ese hombre por respeto a aquel que siempre seria su más grande amor, sin embargo, él ya no estaba, ¿seguía siendo incorrecto? Despues de pensarlo por unos minutos, decidió aceptar la petición de Phil. ―Esta bien.

El chico le pidió que le diera unos minutos para arreglar unos asuntos antes de brindarle toda su atención. La chica vio como el apuesto chico se alejaba de la barra y se encontraba con uno de sus empleados, al parecer le estaba dando la orde de que se encargara del lugar mientras él se encontraba ausente y pocos minutos después lo vio alejarse y perderse entre la multitud. En el tiempo que Phil estuvo ausente, Alice aprovechó para terminar su copa, se quedo viendo los vasos vacíos y se sorprendió de lo resistente que se había vuelto con respecto al alcohol, esos eran varios vasos y si que se sentía un poco mareada, pero tiempo atrás un sólo trago de esos era suficiente para que sintiera la cabeza girar y las rodillas temblar.

―Vaya, si sigo así terminaré siendo una alcohólica. ―se dijo a si misma en voz baja, sin embargo alguien más había logrado escucharla y rió un poco antes de poder hablar.
―Eso pasa cuando quieres ahogar tus penas en la bebida en lugar de buscar ayuda. Ven, vamos a un lugar más privado, este no es un buen ambiente para platicar. ―Phil le ofreció su mano para ayudarla a levantarse y ella la acepto un poco titubeante.

Caminaron en silencio por unos momentos, el chico se veía tranquilo, con una sonrisa en el rostro, pero no la típica sonrisa de conquistador coqueto, era algo diferente, sin embargo su acompañante parecia nerviosa y se notaba que estaba temblando, la frase "ir a un lugar privado" encendia sus alarmas, sin embargo se dejó llevar.

―Adelante, estas en tu casa. ―Phil abrió la puerta de la habitación y le dio el paso a la chica. ―bienvenida a mi santuario, espero no te moleste el humo del cigarro. ―decía mientras se apoyaba en el marco de la puerta y sacaba  un cigarro del bolsillo de su chaqueta para posteriormente encenderlo.
―Tranquilo, no me importa, lindo lugar.
―Gracias. ―decía mientras cerraba la puerta del lugar y se dirigía al sillón que había en el lugar. ―Ven, toma asiento. Volviendo al tema, suelo pasar mucho tiempo aquí, así que, tiene que estar bien acondicionado, después de todo a veces paso aquí la noche. ―decía mientras apuntaba a una puerta.
―¿Quiere decir que ese es un dormitorio? ―decía la chica mientras se sentaba en el otro estremo del sillón. ―¿Quieres decir que aquí es a donde traes a tus conquistas?
―¡Oye! Es cierto que tengo mala reputación, pero no todo es como lo cuentan, a demás, nunca dejaría entrar a cualquier chica a mi "recinto sagrado", Siéntete afortunada. ―Acto seguido le guiño el ojo.
―Phil...
―Sólo quiero que te relajes un poco, me imagino que pasan muchas cosas por tu cabecita. ¿Porqué no me cuentas?
―Pero...
―Tranquila, no te voy a juzgar, después de tanto tiempo al frente de un bar, uno aprende a escuchar, muchos llegan a refugiarse y desahogarse en uno, con una persona que no los conoce pero esta dispuesta a escucharlos.
Tu y yo somos  prácticamente un par de desconocidos... cierto, me ayudaste a salir de la cárcel y a demostrar mi inocencia, sin embargo lo hiciste por mi hermana, no por mí, y despues de eso ya no quisiste tener relación conmigo, ya no quisiste volver a charlar conmigo y si nos veiamos solo me saludabas cortésmente. Y pensándolo bien, no sabías  nada de mi, más que los malos rumores que corrían entre tu grupito de
amigos, ¿como te animaste a defenderme si todos hablaban tan mal de mi?
―Jajaja hay Phil, no suelo dejarme llevar por rumores
―Así me gusta, es mejor ver tu rostro con una sonrisa.
―Sabes, a mi me gusta ver a las personas, pero no sólo su físico, sino también su esencia, eso es lo importante.  ―Alice agarró aire y lo soltó en un sonoro suspiro. ―creo que en esta ocasión esa fue mi perdición, mi deseo por ver más allá de lo que no se podía ver hizo...

Phil se mantuvo en silencio, sabía que para la chica era difícil abrir su corazón frente a él, pero deseaba darle apoyo, quería que ella supiera que él estaba ahí para lo que necesitara, así que sólo atinó a acercarse más a ella y tomarle la mano.

―Aún no entiendo porque me involucre en todo esto, Phil, tal vez era mejor ignorar ese mensaje y haber continuado con mi aburrida y solitaria vida.
―¿Puedo preguntar lo que paso? Digo, sé a grandes rasgos la historia gracias a Jessy, pero tu versión también es importante, de hecho esa es la única que importa.
―Phil, no creo que quieras que te moleste contando algo que quedó en el pasado, algo que incluso te puede incomodar.
―Nada relacionado a ti me puede molestar hermosa, y si la historia es larga, no hay problema, ya que la noche es joven y la tenemos toda para nosotros.
―Esta bien Phil, te contaré los recuerdos de esta dulce pesadilla.

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Disclaimer

Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Everbyte Studio, yo sólo los uso para mero entretenimiento y sin fines de lucro. Lo único que me pertenece es la historia que aquí se muestra.

Publicado: 1-julio-2021
Editado: 6-agosto-2021

Recuerdos de una dulce pesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora