Capítulo 4| Hielo

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Tsukishima pov.

Después de que T/N recibiera el pelotazo en la cara, le canté las 40 a ese cabeza bolo e insulté a ese Rey de la pista por idiota inconsciente. Fui tas ella y Kyoko, me espere en la puerta sin querer escuchando su conversación.

La demente se declaró y como nos esperábamos la rechazó.

Vi como salía corriendo y fui detrás suyo sin que se diera cuenta, la seguí hasta la azotea para encontrarme con T/N echa bolita, llorando. Como si en vez de una adolescente fuera una pequeña niña que pide ayuda pero nadie escucha.

- Con que al final tuviste el valor de decirle, no llores por eso, no vale la pena, no te merece.- Le dije intentando levantar sus ánimos, pero fue inútil.

Me contestó con un simple "¿Que haces aquí? Piérdete". En ocasiones normales ya nos estaríamos pegando a piñas pero entiendo que quiera estar sola. Después de todo fue su primer amor y la rechazó sin pensárselo dos veces.

- Venga ya, ¿que clase de mejor amigo sería si te dejara ahora aquí sola llorando? Aunque con esa actitud no tengo problema en irme y dejarte aquí sola llorando.- dijo Tsukishima algo frío.

Me giré para irme cuando siento una cálida sensación en mi espalda y veo unos brazos rodear mi cintura. Me gire y la abrace de vuelta.

El ambiente paso de frío y desolado a acogedor y tierno.

Ella se desfogo, lloro y lloro hasta que se calmó.

Yo de mientras estaba allí, dándole soporte emocional a la vez que la abrazaba y de daba palmaditas en la espalda para tranquilizarla.

Me dolía verla así, no sabía que hacer más allá de aquí. Kyoko no tiene la culpa, si no te corresponde, no te corresponde. Pero, verla así de mal, a alguien que se la pasa sonriendo y siendo feliz, le parte el corazón a cualquiera. Aunque sea un frío y un borde de mierda como yo.

- Todo va a ir bien, tranquila. Si no quieres regresar al entreno, no pasa nada, yo te acompaño a casa ¿Si pequeña? - ella asintió con la cabeza- bien, vamos- la agarré de la mano y fuimos a cojer nuestras cosas para irnos a casa.

A partir de aquí estuvo unos días sin ir a la escuela con la excusa de que se encontraba mal. De estos, todos iba a su casa a ver cómo estaba.

Parece mentira, como un cubo de hielo andante como yo, llegue a ser tan considerado con alguien para que derritiera esa capa de hielo y pudiera ver lo que hay dentro... De alguna forma llega a asombrarme...

La Jugadora Del KarasunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora