Aprendiendo a Amar - [Chifuyu x Oc]

Primer beso

A veces todos despertamos con ganas de hechar todo a la mierda y no salir de la cama. O eso es lo que solía hacer Chifuyu todas las mañanas.

No era una persona madrugadora, prefería ser una bolita con su gato hasta que era obligado a salir por los regaños de su madre. La situación iba repetirse al sentir los rayos del sol sobre su rostro. Intento dar la vuelta y acomodarse pero al moverse sintió algo diferente esta vez-además de dolor.

Abrió los ojos por impulso y vio a Lea dormida contra el espaldar de la cama, con él aún en su regazo. De poco su cerebro comenzó a trabajar recordando su absurda petición de ser un gato. Se levantó despacio cargando con la culpa de la posición incómoda en la que obligo a dormirse a la chica.

-Lea-chan...despierta son las-dio un vistazo al reloj-¿5:58 am?-que mierda pasaba con el sol y sus horarios pensó.

Si aún era "madrugada" podía dormir un poco más. Volvió su vista a la pelinegra y la movió despacito. La chica respondió al contacto y abrió apenas los ojos tan solo distinguiendo las siluetas.

-Esta bien, oye aún es temprano solo quería que te acostaras en la cama.-habló muy bajito para no asustar a la chica. Pues el odiaba que le hablarán fuete o gritaran cuando apenas iba encendiendo su cabeza.-Puedo salirme para que duermas tranquila y iré al...

-Quédate- logró decir colocando su cabeza en el hueco que formaban las clavículas del rubio y volviendo a dormir.

A pesar del dolor que sentía su cuerpo por la pelea de ayer y sus ganas de seguir en la cama. Su sentido de responsabilidad pesaba más. Ya fue lo suficiente egoísta haciendo dormir a la chica en una pose nada saludable, solo para recibir mimos de esta. No podía poner sus deseos otra vez el mismo día. Además, estar así de cerca no era la mejor opción, no si ella no estaba totalmente conciente cuando se lo pidió. Así que dejó atrás todas sus ganas de dormir y se levantó con cuidado de despertar a Lea.

Fue a la cocina y comenzó a preparar un desayuno, no sin antes programar una alarma para despertar a la pelinegra antes de las 9.

Por sus padres no se preocupa, pues ellos estaban de visita en casa de sus abuelos y no volverían hasta el fin de semana. Eso le daba tiempo de sanar los golpes y fingir que no paso nada. La parte buena era que antes de viajar dejaron el refrigerador lleno de compras para asegurar que la vida de su hijo no dependa de peyoung yakisoba.

6:30 AM.

Estaba preparando unas crepas rellenas de fruta y un batido ligero de fresas y mora. Usualmente no consumía dulces en la mañana, ni si quiera fruta. Pero con las semanas que llevaba conociendo a la chica sabía exactamente que ella sí necesitaba su dosis de azúcar para funcionar. Además era lo menos que podía hacer luego que haya salido a media noche solo para cuidarlo.

Si los idiotas de esa pandilla pelearan limpio no hubiera terminado así.

Recapitulando los acontecimientos de la noche envío un mensaje a Baji, quien había ido con el resto de miembros en pie de Toman al escondite de esos tipos.
Aun le preocupaba la condición de sus amigos que al igual que él no podían seguir, en especial Mitsuya y Draken que fueron apuñalados-no seriamente por suerte.

Ahí estaba el problema: Armas. Los miembros esa pandilla llevaron desde cuchillos hasta bates con clavos. Mientras crecían, las peleas se volvían más difíciles y peligrosas. El error fue no preparase para lo peor y por tanto ser agarrados por sorpresa.

Chifuyu se había llevado los golpes de esos bates, no era débil bien podía patearles el trasero a todos esos tipos, pero esquivar una navaja y bates al mismo tiempo era una tarea difícil. Tarde o temprano iban a darle y así fue. Los tipos de Seito -vaya nombre sin gracia- huyeron al escuchar las sirenas de policía. Y Toman aprovechó el momento para reagruparse y llevarse a los heridos a otro sitio.