XXXIV: Los 9 Mundos

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Sacudió su cabeza con ambas manos, sentía su cerebro flotar, como una balsa sobre agua, era molesto el movimiento oscilante. Veía borroso, como nubes blancas que danzaban en su visión. Escuchaba muchas palabras que tenían un sentido amenazante, como una advertencia, era un fragmento de la voz de sus recuerdos.

La mujer se acercó, Leila alzó la cabeza para verla. La alucinación pareció irse.

- Necesito que recuerdes - Le dijo Briar con la mirada seria.

- Por qué?- Preguntó con cansancio.

Briar:- Porque es importante que recuerdes quién eres, o bueno, más bien tu vida pasada, lo vas a necesitar cuando te enfrentes a ella -

- Quién..?- Antes de bajar la vista, notó sus ojos moverse por todos lados.

Briar:- Estás bien? No estaba peleando en serio contigo, sé que no te golpeé tan fuerte. - Tomó ambos costados de su cabeza para examinar el corte en su frente. Leila sintió el frío de su piel como si pudiera cortarle el rostro.

La herida que le había causado era un río rojo poco preocupante, había parado de sangrar hace rato, solo quedaba su huella carmesí casi seca.

- Duele... Mi cabeza da vueltas. Qué es?- Sintió las manos frías, escalofríos aparecieron recorriendo su espalda, estaba empezando a sudar. Sus muñecas le dolían, se sintió débil de pronto, las piernas le pesaban.

Sintió la palma de ella en su espalda.

Tenía ganas de vomitar repentinamente.

Briar:- Puedes ver esto? Cuántos dedos tengo frente a tí?- Le mostró su mano, pero ella no podía fijar la vista.

Tuvo que sentarse un momento en la calle.

Briar:- Nirv, Leila... No te desmayes porque no vamos a tener tiempo - La oyó distante, como si no estuviera a su lado realmente, Leila se sentía en otro lado.

Y con alguien más, percibía otra presencia invadirla, le provocaba ansiedad y mucho miedo. Los oídos le empezaron a zumbar, cerró los ojos y solo pudo contemplar un mensaje:

" Tienes algo muy malo en tu interior, y ya no lo podrás ocultar, esa estrella no podrá salvarte de esa oscuridad..."

Como si le destaparan los oídos, volvió a escuchar con claridad, esa voz se había ido. Tenía toda la seguridad de que le había hablado ella, Atenea; pero aún así no deseaba confirmarlo, porque si era ella significaba que no podría pasar desapercibida. Si de alguna forma entró en su mente para hablarle, entonces encontró un medio: una puerta, una ventana, una entrada a su ser, aquello le dejó el cuerpo enfermo y la piel de gallina.

- Quién me habla? Alguien más está aquí- Logró decir apenas con ambos brazos intento cubrirse el pecho y la cabeza.

Briar guardó silencio con una expresión congelada.

- Qué te está diciendo Leila?- Preguntó directamente, atenta a la afligida chica, quien en un instante parecía haberse intoxicado. Su preocupación llenó por completo su cuerpo al oirla hablar sola, o al menos estaba respondiendole a alguien que no podía ver, alguien que podía estar navegando en su mente con total impunidad. Y sabia que solo un individuo era capaz de ejecutar tal acto como si fuera un simple paseo a través de la identidad de los demás seres.

Briar:- Repíteme lo que has escuchado de ella -

- No! Déjame!- Leila se paró, teniendo la intención de echarse a correr. Sentía la inminente urgencia de defenderse y tenía volver a perder el control.

Briar:- No, tú no te vas! - La sostuvo del brazo, pararon de correr.

Una ola de amargura le subió por el pecho, causando una creciente molesta incomodidad hacia su adversaria. Su desconfianza no había sido aplacada, incrementó su recelo al sentir su mano agarrarle fuerte del antebrazo. El disgusto la recorrió en ese simple acto.

Sailor Stars: El Resurgir De La LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora