30. Tenéis los días contados

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Soledad: Andrea, tranquila hija...-apoyó sus manos en su rostro y la acarició con ternura siendo consciente de su ansiedad-va a estar bien, Samuel es muy fuerte...-ella afirmó con fuerza esforzándose por controlar las reacciones de su cuerpo-cariño, ven aquí-tiró de ella débilmente y la envolvió entre sus brazos, comenzó a acariciar su pelo mientras que la morena sollozaba, poco a poco dejó paso a una respiración un poco más tranquila.

Andrea: lo... lo s... siento...-respiró todavía entrecortada, Soledad la apartó y esbozó una sonrisa.

Soledad: así que tú eres la dueña de esos pendientes ¿cierto?-ella sollozó culpable-ya, tranquila... deberías irte a casa-acarició sus mejillas secando sus lágrimas-que mis hijas y mi marido te vean aquí no juega a vuestro favor.

Andrea: no.. no quier... no quiero dejarle...

Soledad: te prometo que te mantendré informada, ahora debes irte y tal vez cambiarte-ambas admiraron su vestido y Andrea respiró entrecortada-vente mañana... si logro verlo antes de que llegues le diré que estás bien y que has estado pendiente de él...-Andrea afirmó frenéticamente y con la ayuda de Soledad se incorporó para después abandonar el hospital sin que nadie la viese.

* * *

A pesar de que se encontraba cómoda y más tranquila, Irina era consciente de que esa tranquilidad se la transmitía un del Junco, su mente quería apartarlo de su cuerpo, pero su corazón quería quedarse en esa postura un rato más, fue él quien decidió por los dos separándola de su cuerpo y observando su rostro más tranquilo, Flavio asomó una pequeña sonrisa y con ternura acarició las mejillas de una Irina completamente confundida con la situación.

Flavio: solo quería saber que tu hermano estuviese bien-ella frunció el ceño-perdón si te incomodé.

Irina: para nada-contestó bajando la guardia-me siento más tranquila.

Flavio: me alegro... debo irme y tú deberías salir para averiguar por tu hermano-ella afirmó, mientras él daba una nueva caricia sobre su rostro.

Irina: no te aficiones a acariciarme, ni tampoco te aproveches de la situación-él sonrió meneando la cabeza.

Flavio: ¿acaso es posible aprovecharse de Irina Gallardo?

Irina: en estos momentos estoy algo vulnerable.

Flavio: ai rubia...-suspiró y ella sintió como el corazón le daba un vuelco-estaré pendiente de como sigue tu hermano ¿vale? Intenta mantener la calma... eres la entereza de esa familia.

Irina: lo sé-sonrió inevitablemente.

Flavio: te daré una tregua-la rubia arqueó una ceja-en lo que se recupera tu hermano dejemos que las aguas entre nuestras familias se calmen.

Irina: me parece una buena idea... pero en cuanto Samuel salga del hospital, iré a por vosotros, que os quede claro-él soltó una risa.

Flavio: tiemblo con el miedo-se acercó a ella de manera peligrosa-pero en el fondo tengo ganas de que vengas a por mí...

Irina: ¡No seas tan atrevido!-le asentó un manotazo que provocó una carcajada en él.

Triana: ¿Irina?-aquella voz alteró a la rubia, pero sin saberlo, más alteró a Flavio al cual se le verían sus places al descubierto.

Irina: ¡Ni te muevas!-murmuró y acto seguido salió de la capilla sin que su hermana pudiese ver quien más quedaba adentro-¿Ya habéis llegado?

Triana: ¿Dónde te habías metido? Me tenías preocupada-la abrazó fuertemente-debió ser horrible ¿Cómo ocurrió?

Irina: no hay tiempo de eso, lo más importante es saber de Samuel.

TODO POR TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora