23. A dos bandas M. (3/5)

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Si pudiera elegir un poder, en aquel momento elegiría detener el tiempo para poder quedarse con la imagen de Andrea riéndose a carcajadas mientras disfrutaban de su primera cita, forzaba su mente para que aquel momento quedase grabado en sus recuerdos, para que nunca se borrase de ellos y para que pudiese rescatar aquella imagen siempre que quisiera acordarse de ella, ¿Cómo no se había dado cuenta antes? Esa mujer era preciosa.

Samuel: ¿otra copa?-alzó la botella de vino y ella negó.

Andrea: llevo tres copas, a la cuarta sé que no conseguiré levantarme con dignidad.

Samuel: tienes razón-se sirvió a él mismo-tu torpeza no sabría lidiar con cuatro copas de vino.

Andrea:-soltó una risa-no te burles eh, yo no tengo la culpa de ser tan sensible al alcohol.

Samuel: ¿recuerdas Venecia?

Andrea: calla, por favor-llevó las manos a los ojos.

Samuel: fueron los mejores carnavales de mi vida.

Andrea: también fue nuestro primer viaje juntos-dio un suspiro-¿Quién lo diría no?

Samuel: ¿no te parece curioso? Tenemos mil recuerdos juntos y ninguno antes reparó en el otro... y ahora es como si te estuviese viendo por primera vez-Andrea sonrió.

Andrea: es demasiado curioso la verdad... pero si antes las cosas eran peligrosas ahora lo son más, te das cuenta ¿verdad?

Samuel: lo sé, pero no pienses en eso ¿si? Quiero que estés tranquila y a gusto conmigo.

Andrea: ¿más aún?-él sonrió-siempre te portas de diez conmigo... los pendientes, la cena... tu compañía... siento que te estoy conociendo de nuevo.

Samuel: no es lo mismo ser amigos que ser... bueno-ambos sonrieron-algo más.

Andrea: ya-miró a su alrededor viendo que ya quedaba poca gente-¿nos vamos?

Samuel: si-de nuevo le hizo un gesto al camarero para que les trajeran la cuenta y después de pagar caminaron hacia la salida.

Andrea: voy un momento al servicio.

Samuel: vale, te espero fuera.

Andrea giró a la derecha para entrar en el servicio mientras que Samuel caminó hasta el exterior del restaurante para esperarla, metió las manos en los bolsillos con una larga sonrisa, el tiempo a su lado se le pasaba volando y aquel cosquilleo en su interior se incrementaba conforme avanzaba en sus encuentros con ella, dio un suspiro mirando el cielo estrellado y sintió una mano apoyándose en su hombro.

Samuel: que pronto has vuelto-se giró con una sonrisa en los labios para verla de frente, pero de pronto esa sonrisa se desvaneció.

Patricia: entiendo por esa cara que no me esperabas a mí.

Samuel: Patricia... hola ¿Cómo estás?

Patricia: bueno... estoy que ya es algo ¿y tú?

Samuel: bien, en una cena de negocios ya sabes, lo de siempre-miro al interior con nerviosismo.

Patricia: veo que en ese sentido hay cosas en tu vida que no cambian...

Samuel tragó saliva siendo consciente de que el tono de voz de Patricia sonaba entristecido al mismo tiempo que sus palabras revelaban un cierto resentimiento hacia él y la forma tan abrupta en la que sentenció su relación, Andrea llegaba del baño viéndose sorprendida por la escena y discretamente se ocultó tras una pared para poder escuchar lo que pasaba entre aquel encuentro entre Samuel y su ex pareja.

TODO POR TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora