50. Nada te retiene. M. (2/3)

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Aquellas palabras de su madre la hicieron fruncir el ceño, ¿Cómo que si estaba segura de si eran solo los nervios? Por supuesto que lo eran, hasta ahora había vivido en paz y tranquila con su matrimonio, fue el hecho de ver a su padre y su adicción con el alcohol en aquel evento la que le hicieron entrar en aquel trance de nervios y de disgustos continuos.

Andrea: claro-Cayetana sonrió-¿Por qué sonríes? ¿Qué pasa?-Carmen llegó al baño en compañía de su bastón-ya ayer me sentí mal cuando vi a papá.

Cayetana: sientes así como una presión en el pecho ¿verdad?-Andrea la miró detenidamente-notas como un zumbido en el oído al mismo tiempo que todo te da vueltas-su hija parpadeó sin entender como su madre reconocía sus síntomas.

Carmen: y seguro que sientes el estómago revuelto todo el tiempo.

Andrea: ¿A dónde queréis llegar?

Carmen: apuesto a que no te ha sentado muy bien el desayuno-señaló el inodoro.

Andrea: pues la verdad es que no, ya me levanté con el estómago revuelto esta mañana y meterle cuatro bollos de chocolate no me hizo bien, no.

Carmen: ¿oyes eso Cayetana?-ambas soltaron una risa y Cayetana llevó las manos a su rostro-fueron los bollos de chocolate...-guiño un ojo-lo mío fueron unos arándanos que encontré en la casa de mis padres.

Cayetana: ¿Recuerdas el empacho que sufrí yo con tus canelones, mamá? Me pasé toda la tarde vomitando.

Andrea: no estoy entendiendo nada, ¿Qué tienen que ver los arándanos y los canelones con mis bollos de chocolate?

Cayetana:-llevó la mano a su vientre-que nos hicieron darnos cuenta de un pequeñito detalle...-la morena miró nerviosa a su madre y no pudo evitar que una risa nerviosa saliese de sus labios.

Andrea: no... no puede ser, es imposible-meneó la cabeza.

Carmen: ¿acaso no tienes relaciones con tu marido Andrea?-al instante Andrea enrojeció-por que con ese marido yo no saldría en la cama en todo el día.

Cayetana: ¡Mamá!-meneó la cabeza volviendo la mirada hacia su hija.

Andrea: no puede ser mamá... estoy segura de que son los nervios.

Cayetana: vale, pues si tan segura estás de que son los nervios no te importará salir de dudas...

Andrea: ¿Salir de dudas como, mamá?

Cayetana: hazte un test de embarazo.

* * *

En cuanto puso un pie en la mansión del Junco, Flavio pudo sentir el vacío y la frialdad que inundaban aquel lugar desde que Andrea había abandonado la casa familiar, dejó su maletín y caminó hasta el despacho de su padre intentando encontrarle, en cuanto abrió la puerta, lo vio sollozando con la cabeza apoyada en la mesa de su escritorio, aquel hombre no era ni la sombra de lo que fue en su día.

Flavio: todo se nos está yendo de las manos, papá-este levantó la cabeza con lágrimas en los ojos-si sigues así no solo la empresa se irá a pique, sino también nuestra familia.

Ignacio: no puedo aceptar a ese hombre en la familia-murmuró ligeramente tomado.

Flavio: nadie dice que lo aceptes, tan solo que te arregles con Andrea... desde que ella se fue de esta casa todo se ha ido al traste ¿no te das cuenta?-su padre le miró atentamente-has estado descontrolado y tomando decisiones que nos perjudicaron como empresa y como familia.

Ignacio: ¿tan mal está la constructora?-Flavio resopló siendo consciente de que evitaba hablar de su hermana.

Flavio: la gente ya no nos quiere contratar-soltó de pronto-tus dos últimos actos públicos no nos dejaron en buen lugar, hay clientes que solo quieren tratar con Andrea y al saber que ella no está en la constructora no quieren negociar con nadie más...

TODO POR TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora