24. Pasión desenfrenada M.(4/5)

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DIAS DESPUES.

Irina había pasado a la táctica de la indiferencia con aquel hombre misterioso, presionarlo con su pasotismo para que fuese él quien volviese rogando un nuevo encuentro con ella. Haciendo de tripas corazón ocupaba su energía y su cómica maldad en averiguar quién era la mujer con la que Samuel pasaba el tiempo libre: cotilleaba en su agenda, lo seguía a las reuniones, hacia guardias frente a su casa y lo que era peor, revisaba su teléfono cuando iba a comer a casa, sin embargo, no le sirvió de nada.

Y no le sirvió de nada por qué en aquellos días la relación entre Andrea y Samuel se había enfriado, después de la tan ansiada primera cita, la pareja no se había comunicado ni se había visto con la esperanza de aclarar lo que ambos sentían el uno por el otro... La pelota se encontraba en el tejado de Andrea, había sido ella la que colocó un nubarrón negro en aquello que estaban viviendo y Samuel consideraba que era ella la que necesitaba más distancia de los dos...

Por otro lado, Flavio estaba que se lo llevaba el diablo, sabía perfectamente que la indiferencia de Irina se trataba de una táctica para hacerle caer en su juego, pero no iba a ser tan fácil, por lo que apaleaba aquel golpe de la rubia, envolviendo cada vez más a una Triana que se encontraba flotando en los brazos de Cupido, dejándose llevar con las palabras de Flavio, con los besos y con los obsequios que él tenía con respecto a ella...

Triana: no puedes arriesgarte tanto-miraba a ambos lados-cualquiera podría vernos-llevó la nariz a la rosa que tenía entre sus manos.

Flavio: no me importa, que nos vea todo el mundo-colocó las manos sobre sus mejillas-iría al mismo infierno con tal de ver esa sonrisa.

Triana: ya... vas hacer que me sonroje-dio un suspiro-ya vete... mis hermanos están a punto de llegar a la empresa.

Flavio: está bien, pero antes déjame darte una última cosa.

Envolvió su cintura entre sus brazos acercándola a su cuerpo, Triana soltó un suspiro entrecortado notando la cercanía de sus labios, un cosquilleo nació dentro de ella y suplicó con ansias que besara sus labios mientras que Flavio la observaba detenidamente armándose de valor para hacerlo... unió su frente con la de ella y cerró los ojos con fuerza, en el momento en el que los abrió Triana había desaparecido de su vista y en su lugar se encontraba la transparencia de los ojos de Irina.

En un arrebato colapsó los labios de ella, Triana se dejó envolver por aquel beso que creía que era para ella, pero lejos de la realidad, en su imaginación, Flavio besaba a Irina con detenimiento, movía sus labios sobre los de ella al mismo tiempo que delineaba sus manos por las curvas de su cuerpo, exploraba su boca con pasión al mismo tiempo que presionaba su cuerpo contra el suyo, abrió los ojos embriagado por las sensaciones de aquel beso y de pronto se encontró con la realidad apartándose con frialdad.

Triana: ¿ocurre algo?

Flavio: ¿No escuchaste eso?-fingió estar consternado por otra cosa.

Triana: ¡Dios! Es mejor que te vayas, nos estamos arriesgando demasiado.

Flavio: creo que tienes razón... mejor me voy-Triana le miró con timidez y se acercó para darle un beso en los labios, un beso al que Flavio reaccionó con quietud, pero en el que esbozó una sonrisa para que ella no se diese cuenta-hablamos, princesa-tocó su mentón y se fue dejando a Triana envuelta en un fuerte suspiro que inspiraba amor.

* * *

El hotel de costa Paradiso se encontraba en una de las mejores zonas costeras de Houston y a Andrea siempre le habían gustado las vistas que se admiraban desde la terraza más alta del hotel, en aquel momento esperaba a que le trajeran su coctel mientras no perdía la vista del oleaje del mar batiendo contra las rocas, el camarero dejó la bebida en la mesa y ella rebuscó en su bolso un par de billetes.

TODO POR TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora