𝗜𝗠𝗠𝗢𝗥𝗧𝗔𝗟 𝗕𝗟𝗢𝗢𝗗
❪ El amor es la muerte del deber... ❫
━ 🏹 ❛ Si crees que esto
tendrá un final feliz,
es que no has estado
prestando atención ❜
Bajo el fuego o la tormenta
...
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Descubro más de Reyna de lo que pensaba
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Nico
▬▬▬▬▬▬ SI ME HUBIESEN DADO A ELEGIR ENTRE la muerte y el Alegre Mercado de Buford, me habría costado una bola y parte de otra decidirme. Por lo menos conocía la tierra de los muertos. Además, la comida era más fresca.
—Sigo sin entenderlo —murmuró el entrenador Hedge mientras recorrían el pasillo central—. ¿Le han puesto a un pueblo entero el nombre de la mesa de Leo?
—Creo que el pueblo ya existía, vieja cabra —dijo Liam.
La otra razón por ma que me quiero morir. Pero no entremos en esos detalles.
¿Por qué Lexa se tuvo que quedar en el pueblo? Ah si, porque tenía que vigilar que nadie nos matara por otro punto. Aiuda, no puedo con estos solo.
—Ah —el entrenador cogió una caja de donuts con azúcar glasé—. Puede que tengas razón. Estos donuts tienen pinta de haber sido hechos como mínimo hace cien años. Echo de menos las farturas de Portugal.
Yo no podía pensar en Portugal sin que me dolieran los brazos. En mis bíceps, los arañazos de hombre lobo seguían en carne viva. El dependiente había preguntado si me había peleado con un lince.
Compramos un botiquín de urgencia, un cuaderno de papel (para que el entrenador Hedge pudiera escribir más mensajes en aviones de papel a su esposa), comida basura y refrescos (porque la mesa de banquete de la nueva tienda mágica de Reyna solo ofrecía comida saludable y agua fresca), y artículos de camping variados para las inútiles pero increíblemente complicadas trampas para monstruos del entrenador Hedge.
Había albergado la esperanza de encontrar ropa limpia. Habíamos pasado dos días desde que habíamos escapado de San Juan y estaba cansado de pasearme con la camiseta tropical de la ISLA DEL ENCANTORICO, sobre todo porque el entrenador Hedge tenía una igual.
—Se supone que debías de traerme ropa —le dije a Liam fulminandolo con la mirada.
—¿Eso hacen los padres responsables? Se nota mucho que no soy responsable —se encogió de hombros.
