𝗜𝗠𝗠𝗢𝗥𝗧𝗔𝗟 𝗕𝗟𝗢𝗢𝗗
❪ El amor es la muerte del deber... ❫
━ 🏹 ❛ Si crees que esto
tendrá un final feliz,
es que no has estado
prestando atención ❜
Bajo el fuego o la tormenta
...
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❛ UNDERROME❜ ❪ chapter eleven ❫
Por las cavernas de Roma, arrastrandome como araña
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❪ vanessa ❫
▬▬▬▬▬▬ De pana pensaba que podría haber sido peor. Si tenía que emprender una horripilante misión en solitario, por lo menos antes había tenido oportunidad de comer con mi familia a orillas del Tíber. Y en ese momento tenía oportunidad de dar un paseo en moto con Gregory Peck.
Sabía de la existencia de esa vieja película gracias a papi. El viejo ese podía ser muy rata pelua pero tenía un lado cursi, desde que descubrí que era semidiosa me empezó a hablar más de Atenea, aunque a mami Mónica se le prendían los cables cuando hablaba de ella, tenía que calmarla diciéndole que ella siempre sería mi mami querida y que Atenea solo fue el óvulo ¿o parte del cerebro? Que me creo.
Sí, a papá le encantaba la arquitectura (como a mi), las ruinas y los planos antiguos, pero también le encantaba el cine clásico, sobre todo las comedias románticas de los cuarenta y los cincuenta. Vacaciones en Roma era una de sus favoritas. Él me había obligado a mi y a mami a verla con él. También había obligado a Atenea a verla, cosa que resultaba un tanto rara, ya que ella era una diosa... Y que fuera manejada por un mortal. Pues, como la historia de mi mejor amiga, puede que siempre hubiera un mortal que ablandara el corazón de hielo de los inmortales.
Volviendo a la película, la trama me parecía ridícula -una princesa escapa de sus escoltas y se enamora de un periodista estadounidense en Roma-, pero sospechaba que a su padre le gustaba porque le recordaba su romance con la diosa: otra pareja imposible que no podía acabar con final feliz. Mi papá no se parecía en nada a Gregory Peck. Atenea desde luego no tenía nada que ver con Audrey Hepburn. Pero sabía que la gente veía lo que quería ver. No necesitaban que la Niebla distorsionara sus percepciones.
Una vaina e locos.
Mientras la moto azul celeste recorría zumbando las calles de Roma, la diosa Rea Silvia me comentaba a cada paso lo mucho que la ciudad había cambiado a lo largo de los siglos.
