2. El castigo

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- Gracias por no delatarnos, Haley. Eres la mejor - dijo Gemma abrazándome.

- Si, si, no hay de que - dije molesta. Todavía no podía creer que tenga que ir a la casa de ese imbécil a "enseñarle biología".

Les había explicado todo. Como la broma había salido mal y Weetman había pagado las consecuencias.

- ¿Y cuál es tu castigo? - pregunto Luke.

- Bueno... debo ir a la casa de Dallas Weetman casi todos los días para enseñarle biología - lo dije tan rápido que ni yo me entendí, pero al ver que estaban boquiabiertos supe que me habían entendido.

Gemma abrió los ojos como platos - ¡Hay nena, me hubieras delatado! Yo pagaría millones por ir todos los días a su casa.

- ¡Pues yo no estoy para nada contenta!

- Sobrevivirás, Haley - me dijo Gemma.

*

- No creo que sobreviva a esto- dije mirando la casa/mansión/palacio que tenía en frente. Yo no conocía esa casa. Cuando éramos mejores amigos él vivía en otra casa más humilde a unas dos manzanas de mi casa.

- ¡Oh vamos Haley! No seas una gallina - grito Gemma a través del celular.

- ¡No me llames gallina!

- Entonces ve. ¿Qué es lo peor que puede pasar? Si el trata de seducirte tu solo tienes que ignorarlo, no creo que te viole.

Trague con fuerza y toque el timbre.

- Debo colgar deséame suerte.

- La suerte es para los perdedores- dijo y colgó.

Pasaron los minutos y seguía afuera. Toque el timbre por séptima vez. Si esto era algún tipo de broma para que yo venga a su casa y el me deje plantado iba a matarlo. Me di la vuelta para irme a mi casa. Estúpido Dallas Weetman. La puerta se abrió a mis espaldas.

- Oye ¿A dónde crees que vas? - pregunto el idiota.

- A mi casa, ¿es una costumbre tuya dejar esperando a las personas? - dije sin darme vuelta.

- Bueno, algunas personas queremos bañarnos. Y más si nos han tirado polvo pica pica en todo el cuerpo.

Me di la vuelta para contestarle pero me quede helada. Él estaba en boxers, con el torso desnudo. Se podía apreciar su gran físico y musculatura. Tenía unos abdomina... ¡Haley vuelve a tierra! Les presento a mi conciencia, ella es la que me salva de quedar en ridículo cuando, por ejemplo, un chico caliente aparece casi desnudo en frente de tus narices.

- ¿Tanto te gusta lo que ves dulzura? - pregunto con voz seductora.

¡No te ruborices! Mierda Haley, no lo hagas. Di algo ingenioso.

- Bonitos calzoncillos - dije refiriéndome a sus boxers con corazones.

- Si te molestan puedo sacármelos - dijo llevando sus manos al elástico de estos y empujándolos unos centímetros hacia abajo.

Haley tenemos una alerta roja

- ¿Vamos a estudiar biología o qué?

- Claro, dulzura - dijo riendo y luego se hizo a un lado para que pueda pasar.

Lo primero que vi cuando entre fue un enorme espejo. Vi mi reflejo, hoy había decidido ponerme la ropa menos ajustada posible. Ahora llevaba unos jeans gastados amplios y una remera de mi hermano, okay tal vez había exagerado un poco pero ¿qué más da? A través del espejo vi como Weetman me miraba el trasero sin discreción.

¡Eres un imbécil!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora