Cortes:

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"Existe una fuente que creen leyenda,

Pues de agua no está hecha,

Si no de sangre humana,

Proveniente de cortes en la muñeca."

11:42 pm

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11:42 pm.

—F-feliz cumpleaños a m-mí, feliz... cumpleaños Taehyung, feliz cumpleaños a-a mi...

"Deseo acabar pronto con esto..."

Sostuvo la vela sobre sus manos con más fuerza y la sopló poniendo en ella todas sus esperanzas. Aunque sabía perfectamente que nunca ocurría nada.

—¿Qué haces con eso, malnacido? —vociferó su tía llegando a la cocina.

El contrario se levantó rápidamente dejando la vela en el cajón donde la había encontrado.

—¡Cariño! — llamó la mayor con los ojos llenos de rabia sobre el menor.

Al oír los pasos bajar las escaleras, un escalofrío recorrió su cuerpo. Ya tenía diecisiete años, pero no podía evitar temblar de miedo ante la simple visión de su tío entrando por la puerta de la cocina.

—¿Qué pasó ahora? —preguntó al llegar al lado de su esposa.

—Este... niño estaba jugando con una vela. ¡Las que usaría mañana en mi cumpleaños! Estoy segura de que quiere sabotearme. —Su falso lloriqueo hizo que su esposo se girara bruscamente hacia Taehyung.

Su mirada era oscura, tanto sentía que podía atravesarle el corazón.

—Tú, niñato de mierda. ¿No te damos demasiado ya? —replicó mientras se acercaba a su cuerpo amenazantemente —¡Te damos 2 comidas al día, una casa y educación, ¿y así nos pagas?!

Llegó hasta Taehyung, que había retrocedido y se había encogido en su sitio. Era unos centímetros más alto que su tío, pero se sentía tan pequeño e insignificante.

La mano del mayor apresó fuertemente su muñeca. Estaba seguro de que dejaría una marca muy notoria, pero aun así se negaba a llorar.

—No pienso gastar más en alimentar a una pequeña rata como tú, búscate la vida de una jodida vez — escupió con asco mientras lo lanzaba al suelo.

—Ve a tu habitación antes de que me arrepienta de no darte un merecido castigo.

Obedeció a su tía con rapidez. Se levantó del suelo y apresuró sus pasos hacia aquel feo cuartucho que le había sido asignado. No podía quejarse, ¿verdad? Después de todo al menos tenía donde dormir, aunque pasase cada noche preguntándose si realmente valía la pena

Se tumbó de lado en la vieja y mullida cama sintiendo los resortes salidos golpear sus costillas.

Sus ojos fueron hasta la ventana humedeciéndose poco a poco.

El Rey Demonio - KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora