Escapar:

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Cuatro días habían pasado, cuatro días en los que Taehyung no se había atrevido a volver a ese lugar.

No es que no quisiese, varias veces había querido huir de su realidad, de sus responsabilidades, de los castigos, de todo...

Pero había algo que se lo impedía, el miedo.

Miedo a lo desconocido, miedo de ese lugar con tan mala reputación, a los seres que pueda haber en el...

O a que todo hubiese sido una simple paranoia suya.

Porque sí, realmente existía aquella posibilidad. Que todo lo hubiese soñado, que hubiese sido su imaginación buscando un escape de los abusos que recibía diariamente.

Tal vez fuese sonámbulo y hubiese encontrado ese collar deambulando por ahí.

Después de todo, la supuesta nota junto a su cama, había desaparecido, no había quedado constancia de que esa nota hubiese existido alguna vez.

Taehyung no podía parar de pensar en las millones de posibilidades que existían. Su mente exploraba todas y cada una de las opciones con tal de no creer que hubiese encontrado un sitio en el que refugiarse y esconderse de todo.

Además, no creía que escuchar voces en su cabeza fuese muy sano.

Sentía que realmente estaba volviéndose loco.

—No sé en qué estás pensando, ni tampoco quiero saberlo —escuchó la voz de su tío, sacándolo de sus pensamientos —, pero llevo un buen rato diciéndote que me sirvas más limonada.

Su voz era tosca y demandante, dando a conocer su enojo.

Taehyung, que estaba de pie a su lado con la jarra entre las manos, le sirvió un poco, llenando el vaso de su tío.

Lo cierto es que, desde hacía un tiempo, no tenía permitido sentarse junto a sus tíos a comer. Le obligaban a estar de pie a un lado para atenderlos y lavar los platos.

—Dios, cada día que pasa estás más idiota —recriminó su tía —¿Qué acaso no ves que mi vaso también está vacío?

Su ceño fruncido y el golpeteo de sus uñas postizas sobre la mesa le hizo comprender a Taehyung que, si cometía un error más, no iba a salir bien parado.

Murmurando un leve lo siento, llenó su vaso rápido, pero cuidadosamente.

—Tss, mira que eres torpe. Ni para eso sirves —gruñó la mujer al sentir que su mano era sutilmente manchada por unas gotas de limonada.

Taehyung solo agachó la cabeza, volviéndose a disculpar. Se sentía algo triste, pero una parte de él, sentía furia. Como si su corazón estuviese... dividido en dos.

—Bueno, cariño —empezó a hablar la mujer, levantándose al terminar de comer —. Voy a salir con mis amigas de compras, vuelvo en la noche.

Y, dejando un beso, o mejor dicho roce, en la mejilla de su marido, se fue de casa. Se fue tan rápido que al castaño apenas le dio tiempo a procesar el hecho de que se había quedado solo con su tío.

—Recoge esto antes de que tenga que castigarte por tu incompetencia de hoy. —El señor Bae se marchó de ahí.

Taehyung suspiró, entre aliviado y cansado.

Fue llevando cosa por cosa lo más rápido que podía y, después de 2 minutos de recoger y limpiar la mesa, ya estaba lavando. Esa era su rutina.

—No puedes evitarlo, ¿verdad? —Taehyung se sobresaltó al sentir como su tío se pegaba a su espalda, apresándolo de la cintura mientras él seguía lavando los platos. — No puedes evitar seducirme descaradamente, ¿cierto?

El Rey Demonio - KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora