—¿Hola? Seguimos hablando el mismo idioma, ¿no? —preguntó al notar como el menor simplemente se le había quedado mirándolo —. Diablos, los humanos son tan extraños...
Con confusión y un revoltijo de sentimientos del humano que no podía comprender, caminó hasta el más pequeño.
Sin pensarlo dos veces, lo cargó en su hombro y caminó directamente hasta su habitación.
Taehyung estaba tan aliviado y desorientado que no se dio cuenta de nada hasta el momento en el que sus pies volvieron a tocar el suelo, pero esta vez estaba en una especie de cuarto de baño enorme.
Este tenía una iluminación muy relajante y unas velas blancas apagadas en algunas esquinas. Observó detenidamente el espacio.
Había una gran ducha metalizada con mampara transparente en la que cabían perfectamente tres personas como él. Una bañera blanca, que era el doble de su cama, se hacía presente al lado contrario mientras que, frente a esta, estaba un inodoro del mismo color. Y, por si no fuera suficiente con uno, había dos lavabos de madera oscura con un espejo sobre este y un mueble debajo.
Todo ambientado de la misma forma que las demás habitaciones, sin perder ni una pizca de misterio y elegancia.
Paredes de cuarzo azulado, dándole una sensación de infinidad y un suelo claro, otorgándole algo de vacío.
Pese a no haber ni un rincón que no estuviera ocupado por pequeños armarios, decoraciones y demás, no se sentía sobrecargado. Era como si de la misma perfección hubiese sido creado, milímetro por milímetro. Como casi todo en aquel lugar.
—Bonito, ¿eh? —La voz frente a él interrumpió su inspección. —Al menos agradezco que hayas salido de tu trance.
El mayor rio.
Taehyung solo se limpió las lágrimas que habían dejado de salir desde que llegó e intentó ocultar una pequeña sonrisa.
—¿Por qué... me has traído hasta aquí?
—Bueno, tienes una pinta deplorable y creí que sería lo mejor para tranquilizarte después de lo que acaba de pasar, ¿no? —respondió burlesco mirándolo de arriba a abajo.
Era increíble, hace tan solo un momento estaba atrapado en su habitación, a punto de ser violado nuevamente por su tío... Y ahora estaba ahí, en el Infierno, con el Rey Demonio. Era una locura. Una locura que lo hizo sonreír.
La sonrisa no permaneció mucho tiempo ahí. No cuando se dio cuenta de lo que había dicho el mayor
—¿"Lo que acabo de pasar"? ¿C-cómo sabes eso? —interrogó frunciendo levemente el ceño, temeroso de la respuesta.
El mayor pareció pensarlo por unos segundos.
¿Debería decirle que lo observó... un poco?
—Solo... sentí tus emociones cambiar de un momento a otro y quise saber el motivo. Realmente no imaginé ver... eso. —Intentó quitarle importancia, sin saber por qué se tomaba tantas molestias.
—N-no deberías haber visto eso, no es algo que te incumba. —Al decir esto, se encogió un poco.
Había sido visto mientras era ensuciado por el asqueroso toque de su tío. Lo había visto dejarse hacer, ser marcado, ser humillado...
Y se dio cuenta de algo que incluso en su primer y segundo encuentro había pasado por alto.
Doy asco. Le doy asco, me doy asco. ¿Es por eso que me trajo aquí? Para... limpiarme.
Se sentía enojado consigo mismo, frustrado, asqueado... Después de todo el mayor había visto su cuerpo desnudo.
Y Jungkook, quien experimentaba todo lo que el contrario sentía, solo podía pensar que esos sentimientos eran dirigidos a él.
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El Rey Demonio - KookTae
FanfictionTaehyung, harto de su vida decide acabar con todo, fracasando en el intento. Pero tal vez no fracasó del todo, tal vez eso le llevó hasta ese momento, hasta él... RESUBIENDO