Un día te chocaste con un chico , este quedó malherido pero te enteras que en ese mismo día qué el tenía que ir a una escuela solo de chicos!? Y te dice que vallas y ocupes su lugar hasta que se recupere, que harás?!
Estás junto a Bakugou, pero no quieres saber nada con este juego.
Tú: Déjame... déjame aquí, Bakugou, elije a otro.
Tomas aire.
Él te pega en la cabeza con mucha fuerza. Levantas la vista enojada.
Tú: ¡Eso dolió! ¿No sabes que estoy sufriendo?
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Bakugou: Cállate, idiota. Deja de ser tan marica.
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Te levantas y te enojas.
Tú: Puedo saltar, escalar, cantar, lo que me pidas, pero no te puedo ayudar, no quiero morir.
Bakugou: Espera, ¿qué estupideces dices?
Te agachas y le susurras.
Tú: Bueno, Kirishima me contó que hay que salvar a un inocente.
Bakugou: ¿Te refieres a ese inocente?
Ves que señala a un maniquí atado a un poste.
Tú: Espera... ¿entonces me estás diciendo que el inocente es un maniquí?
Bakugou: Pues, ¿qué pensabas, idiota?
Tú: No lo sé, una persona quizás. O sea, esto es la escuela de la mafia, ¿no tiene que haber muerte y esas cosas?
Ves que suspira para tener paciencia.
Tú (pensamientos): No sé por qué, pero después del abrazo, es más... calmado conmigo. ¿Ya somos amigos?
Bakugou: No todo el tiempo... Nosotros somos los salvadores. Tenemos que salvar al inocente, que es ese maniquí. El problema es que hay un tiempo límite de 30 minutos.
Tú: Entiendo... entonces hay que correr y salvar el maniquí antes de que se acabe el tiempo, ¡pan comido!
Bakugou: Escúchame, imbécil, no es tan fácil como parece...
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