Un día te chocaste con un chico , este quedó malherido pero te enteras que en ese mismo día qué el tenía que ir a una escuela solo de chicos!? Y te dice que vallas y ocupes su lugar hasta que se recupere, que harás?!
Bakugou: Si te quedaste callada significa que sí te gustó, ¿verdad?
Lo miras sorprendida, sin saber qué decir.
Tú: Tratas de hablar E...esto...
Pero de repente sientes una mano en tu cabeza.
Bakugou: Tranquila, no te obligues. Debes descansar, aún estás enferma.
Te ayuda a levantarte del suelo y tú lo aceptas agradecida.
Tú: Gracias...
Notas que saca algo de su bolsillo.
Bakugou: Aquí tienes medicamentos para la fiebre. Ya vuelvo por el agua, ni se te ocurra moverte, tonta, ¿escuchaste?
Tú: Vale...
Lo sigues con la mirada hasta que abandona la habitación. Aprovechas para saltar en la cama y hacerte una bolita con tus cobijas.
Sonrojada.
Tú: (pensamientos) ¡¿Qué fue eso?!... ¿Le gustó?...
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La noche transcurrió tranquila. Bakugou te cuidó toda la noche en la habitación, recostado con un futón en el suelo. Te pareció algo muy tierno, pero él solo te daba la espalda. ¿Entendías su cambio de actitud? ¿Por qué era tan amable de repente? ¿No mataba gente? ¿Solo te trataba diferente por ser una chica? La noche transcurrió y no pegaste un ojo. No sabes si era por miedo a que te mate o por estar en el "famoso Bakugou Katsuki".
A las 6:30 a. m., te levantas con un olor a café.
Escuchas gritos.
Tú: ¡Los niños!
Te levantas frenéticamente y corres a la cocina, de donde provienen los gritos.
Tú: Mika, ¿Mikel?
Mika: Sí, hermana.
M/t: Por fin te levantas, querida. Tu compañero está cuidando a tus hermanitos mejor que tú.
Miras a Bakugou con un delantal, como si fuera su casa.
Mikel: Hermanita, estás horrible.
Te ruborizas al recordar que acabas de despertarte, miras de reojo a Bakugou y ves una sonrisa. Regresas a tu habitación.
Tú: ¿Desde cuándo se llevan tan bien?
Después de un rato, regresas y observas el comportamiento dudoso de ese chico mafioso mientras Mika y Mikel juegan con Bakugou.
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