"¡Viejo, me quieren matar!"
Zane.
—¡¿Por qué tu playlist es así?! — exclamé, incrédulo, frenando de golpe cuando vi el semáforo rojo. Un auto tocó el claxon detrás de mí, reclamándome, por el movimiento tan repentino.
—¡¿Qué tiene de malo?! — respondió, de la misma manera. Girándose en el asiento, indignada.
—No puedes pasar de heavy metal a una balada— negué con la cabeza—. Eso no se hace. Es arruinar la emoción que habías ganado para darle paso a la melodía triste.
—¡Eso no es verdad!
—Hace tres minutos casi se te sale la cabeza del cuello porque sonó Led Zeppelin y ahora no dejas de abrazar tus rodillas porque la letra de la canción de Adele te conmovió— indiqué.
Con cuidado, vi como dejaba de abrazarse para sentarse correctamente en el asiento y apoyar sus manos en sus muslos, como si nada hubiese pasado y su cabello no estaría despeinado.
—No puedes decirme como disfrutar la música— recuperó ese desafío en su mirada—. Yo elijo como bailarla y llorarla.
Reprimí ese rodar de ojos que estaba invadiéndome cuando el género de la canción cambió a una salsa. Estoy seguro de que Maysee tiene una sola playlist, y todo su contenido es tan variado que no se puede saber qué es lo que predomina.
—Es que me parece que tus gustos se contradicen mucho entre ellos— me encogí de hombros. Pisé el acelerador una vez que todos los autos delante de mí comenzaron a avanzar.
—¿Y se puede saber cuáles son sus gustos, señor Kidman? — apoyó su hombro en el asiento para mirarme, como ya antes lo estaba haciendo.
Una chica de ojos color miel seguramente.
No.
Una castaña de ojos oscuros, ¿entonces?
Tampoco.
¿Un chico rizado, que se proclamó tu mejor amigo desde que pudieron hablar?
¿Eh?
Vi cómo se removía al no obtener una respuesta mía. Pero es que esas son las desventajas de escuchar y hablar con tu conciencia. Luché por no mirarla de vuelta y opté por concentrarme en la carretera.
—Me gusta el jazz— confesé.
Ay, que tonto eres.
¿Por qué?
—¡Perdiste un punto! — me respondió Maysee en una exclamación ganadora.
—Eso no— me apresuré a decir, pero me detuve cuando no encontré ningún argumento favorecedor— Ni siquiera sabemos cuántos puntos tenemos.
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Un Gusto por Día ©
RomanceZane Kidman pensó que terminaría con tranquilidad su último año en la universidad y su futuro como poeta estaría más cerca de lo que imaginaba, no contaba con lo que su propia facultad preparaba para todos los alumnos, a parte de los dos intercambio...