"La propuesta"
Zane.
—No puedo creer que hayas hablado con ella— Calem bebe de su jugo. Cuando termina, deja caer su frasco sonoramente a mi lado, tengo que atraer mi plato de comida hacia mí.
—No entiendo porque lo haces sonar como si fuera imposible— me concentro en mi hamburguesa.
—Porque esa chica era muy bonita— es su argumento.
—¿Qué estás queriendo decir? — enarco una ceja hacia él.
—No estoy diciendo que eres feo— se apresura a decir— Es más, si no me gustaran las mujeres estaría rendido a tus pies, pero vamos, todos sabemos que tu expresión seria, que pareces querer asesinar con todo el que se te cruce no te ayuda en nada.
—No quiero asesinar a nadie.
—Tu cara dice otra cosa.
Abre la aplicación de cámara en su celular y me lo entrega, me miro, aburrido. No tengo cara de matar a nadie, tal vez solo a mi mejor amigo si sigue irritándome y no me deja disfrutar de mi comida, quizás ahí reconsidere el tema de convertirme en un asesino.
—Oh, lo siento, olvidé que la mayoría prefiere al moreno de ojos verdes con los ricitos en lo que pueden enredar sus deditos— lo señalo a él, para luego señalarme— y no en el pálido con instintos asesinos— le pongo mala cara.
—Ya, dejemos el asunto del asesino a un lado. Pero...
Dejo de escuchar cuando veo una cabecita castaña, que puedo reconocer a pesar de conocerla hace poco, dentro del montón de estudiantes en busca de comida en el transcurrido comedor universitario. Se alza en puntas para ver el menú del día, pero dudo que haya visto algo con el torrente de estudiantes arremolinándose frente a la pobre cocinera y sus torpes ayudantes que no hacen nada más que retrasar la entrega de almuerzos. Esa es la desventaja del voluntariado estudiantil, lo hacen por los créditos y no por caridad.
Opto por fijarme en ella o terminaré estresado por todos los problemas con los que cuenta una de las universidades más prestigiosas de la ciudad. Parece que está conversando animadamente con un chico y una chica, como si se conocieran de toda la vida. Ayer no habló de esa forma conmigo, parecía más reservada y decida a no quedarse callada con mis provocaciones, aunque no es que estuviera contándoles su vida a esas dos personas, solo parece pasar el rato hablando con extraños.
Curioso.
No olvido que tengo que descubrir cosas sobre ella y que ella tiene que hacerlo conmigo, así que no pierdo el tiempo en no admirar nada más que no se Maysee. Justo como ayer lleva su cabello suelto pero esta vez tiene dos mechones recogidos en pequeñas trenzas que se unen atrás. Tiene una chaqueta de color beige en su mano que combina perfecto con su falda, sí nuevamente está utilizando una falda, solo que de un color distinto a la de ayer, la remera con la que tanto la molesté ya no la lleva puesta, en lugar de eso luce una bonita blusa blanca que se ajusta a su cintura.
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Un Gusto por Día ©
RomanceZane Kidman pensó que terminaría con tranquilidad su último año en la universidad y su futuro como poeta estaría más cerca de lo que imaginaba, no contaba con lo que su propia facultad preparaba para todos los alumnos, a parte de los dos intercambio...