🍂 D O C E 🍂

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"¿Otro de tus lugares?"

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"¿Otro de tus lugares?"

Zane.

Nuestra primera semana en el programa había terminado y según todo el recibimiento del público, fue sensacional. Yo no estaba enterado de esa parte porque la única red social que tenía era Instagram y no la utilizaba desde la vez que Maysee me pilló revisando sus fotos de hace más de tres años.

La vida que tenemos como estudiantes de universidad no podía frenar a pesar de participar en el programa, nuestra colaboración solo contaba como prácticas para los del último ciclo, a los profesores no les importaba demasiado nuestras pocas horas de sueño, a pesar de que ellos tenían parte de la responsabilidad de que nosotros seamos las estrellitas de Martin.

No he visto a Paige desde la madrugada en que la dejé en su casa, habló lo necesario y le agradecí internamente porque no forzaba la conversación para llenar el silencio, tan solo comprendía, escuchaba las pocas veces que yo hablé. Pero luego de eso, no he sabido nada de ella, supongo que hoy la veré en el programa.

Pero ahora, tengo que hacer hablar al rizado a mi lado que piensa que yo me creo eso de que está copiando todo lo que está en la pizarra. La maestra Adams que siempre es la última siempre en enseñarnos toca su barbilla, pensativa, hasta que parece recordar lo que iba a decir, solo murmura un: ya vuelo; y sale del salón, dejándonos solos.

Es hora del interrogatorio.

—Ya se fue la maestra, ¿podemos hablar ahora? ¿o seguirás ignorando mis preguntas? — apoyé con fuerza mi mano en su carpeta, haciendo que de un respingo en su sitio.

Algunos voltearon a vernos por el ruido que causé, no les devolví la mirada, les bastó saber que era yo él que lo hizo para seguir con sus vidas muy normales.

—Va a volver en cualquier momento— fingió escribir en su cuaderno, él nunca anotaba nada en clases.

—Seguro que acaba de encontrarse con el conserje— le resté importancia—, no llegará hasta en media hora, el tiempo suficiente para que me expliques que fue lo que pasó en esa fiesta.

—Ya sabes lo que pasó— musitó.

—No, no lo sé. Necesito que me expliques— pedí— Porque sé lo que pasó la primera vez y sigo sin comprender porque sucedió una segunda.

—Fui débil, ¿bien? — dejó su lapicero, ni siquiera estaba escribiendo.

—¿Por qué?

—Estaba borracho.

—Calem, puedes estar lo más mareado posible y tú nunca la volverías a besar.

—Me das demasiado crédito— negó, con una sonrisa melancólica.

—Porque confío en ti, y no sabes lo que me costó pensar que pudiste besarla de nuevo.

Se quedó en silencio. Mantuvo la mirada fija en su cuaderno mientras jugaba con sus dedos, también permanecí en silencio. Él hablará, siempre lo hace, sin importar lo que haya pasado, Calem tendrá que desahogarse, porque lamentablemente no podemos el uno sin el otro.

Un Gusto por Día ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora