Traición

Prologo

-Yo debo ser la persona más aberrante y traicionera de todas-

-No digas esas cosas, sabes que no es así. -

-lo estoy traicionando-

-él te traiciono antes ¿no lo recuerdas? Algunas veces solo necesitamos una cucharada de nuestro propio veneno para sentir el dolor del otro. -

- ¿y después? ¿Que va a pasar después?-

-dejemos eso para otro día-

Se fundieron en un beso lento, para luego aumentar la velocidad, sasuke podía muy sereno pero si había algo que a sakura le gustaba era su forma salvaje de hacerle el amor.
Comenzó mordiendole el cuello, a lo que Sakura respondía con muecas de placer y dolor. Luego bajo hasta su pecho y ahí quito su sostén dejando apreciar sus perfectos senos en los que se perdió sin aviso; mordía y succionaba, sakura intentaba buscar su pantalón para quitárselo y empezar a tocar ese trozo de carne que la volvía loca, estaba necesitaba debía admitirlo se sentía débil ante él, había pasado mucho tiempo desde que estuvieron solos, sasuke bajo hasta su vientre y ahí le separo las piernas, sakura jadeaba, se sentía húmeda y necesitaba que la penetrara pronto. El uchiha se acercó hasta su vulva y se re lamio los labios luego con dos dedos separo los pliegues de la haruno y comenzó a succionar haciendo que esta arqueara la espalda.

Gimió y gimió fuerte ante la estimulación que estaba recibiendo, con una mano el uchiha había estado presionando un pezon de la pelirosa y con la otra jugaba en la entrada de la vagina, de repente sintió como un dedo se hundía en su ano, buscando estimularlo también, sasuke parecía tener hambre de ella, los sonidos roncos que salían de su garganta la exitaban aún más.

La volteo dejándola en cuatro y atrapó su largo cabello haciéndola extender el cuello, de golpe comenzó a penetrarla, las estocadas que estaba recibiendo eran muy fuertes, tanto que le temblaban las piernas.

Sakura comenzó a gritar el nombre del uchiha. Este solo respondía dándole palmadas en el trasero. De repente las estocadas comenzaron a aumentar el ritmo y con ello la venida del próximo orgasmo de ambos.

Quedaron exhaustos, sudorosos y con la respiración entrecortada. Se abrazaron y se quedaron desnudos envueltos en una frazada recostados en la alfombra.

-Tadai...- intento saludar un joven desde la entrada -

-Buenos días-