Guardia de seguridad

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Liz me llevo a una de las habitaciones disponibles en la segunda planta, era realmente espaciosa, tenía una cama King con sus respectivos burós, una mesa de centro con dos sillas, un ropero, que aunque algo austero era muy amplio y un escritorio bien equipado, lo malo era que la habitación era la más alejada de la escaleras (probablemente por si se me ocurría salir corriendo) pero la vista daba a uno de los jardines, estaba lleno de flores que formaban un enorme laberinto, lo cual reflejaba fielmente como sentía mi cabeza.
Para mi suerte Dereck fue a verme un poco más entrada la tarde con un plato de comida realmente apetecible, pero con todo lo que había vivido hasta ese día, seguramente acabaría vomitando todo.
- deberás comer algo, no recataras a tu hermana si te vuelves anorexica.
Sonreí, Dereck parecía el único que sabía por que seguía en ese lugar y no me dejo perder mi principal razón. Le agradecí en silencio el gesto.
- no entiendo nada...- dije finalmente
Dereck, que ya se disponía a irse, decidió quedarse, dejo la comida en la mesa de centro y se sentó en una silla.
- es difícil de entender al principio me imagino.
- ¿te imaginas?
- yo nunca vi a nadie que no supiera que era, los escritores viene de familias de escritores, sus familias los educan para esto, al igual a los cazadores- dijo señalándose.
- mis padres... ¿Eran escritores?
- lo más probable
Asentí, no recordaba nada de mis padres, perdí sus recuerdo junto con ellos en ese accidente y recordarlo de daba un horrible dolor físico y emocional.
- Liz me dijo, - dije tratando de cambiar de tema- algo de destinos y no se que yo, pero entre tu y yo - dije bajando la voz- creo que esta loca.
- no lo esta, y lo sabes- dijo sonriendo, como si tratara de ayudarme a convencerme.
- pero ¡no es posible!
- ¿porqué no?
- porque no es lógico
- ¿no? - dijo como si nunca se hubiera plantado algo así.
Me senté en la silla en frente de la suya frustrada y tratando de entender, había muchas pruebas, que si las pensabas, todo lo que Liz me había dicho era cierto.
De acuerdo- dije finalmente derrotada- supongamos por un momento que todo esto es cierto, ¿cómo es eso de que el destino es una mezcla de todo?
Dereck se puso pensativo, co si hubiera estudiado para ese examen, hasta que se encogió de hombros.
- ni idea, la verdad yo pienso que nosotros no debemos de saber esas cosas, si para ustedes l es, para nosotros más.
- entonces, ¿no sabes nada?
- si, lo se, pero no se si deba decírtelo- dijo sonriendo
- ¡hey!, dime.
-mmm, ok pero solo si te comes el plato
Ya veía a donde quería llegar, el sabia que necesitaba distraerme y, admitámoslo, ¿cuál es un mejor distractor que la comida?
Tome los cubiertos de mala gana y empecé por las verduras.
- ¿y bien?- dije después del primer bocado.
- bueno, pero sigue comiendo- dijo Dereck con una sonrisa de triunfo- en realidad no es muy complejo, los escritores ponen las elecciones y el contexto, la persona elige cualquiera de las opciones.
-¿ósea?
-velo como una carretera, los escritores eligen los caminos por los que puede pasar la gente y un poco del paisaje, las personas eligen cual camino tomar.
- ¿ y el paisaje?- dije terminándome las verduras y empezando con la carne.
- a veces ayuda a la gente a decidirse, si el paisaje es repetitivo puede elegir un camino en el que crea que varíe o siga en el mismo para no pasar por contratiempos, pero depende del viajante.
- ¿y el resto del paisaje?
- lo coloca quien escribe el final del camino
- ¿y quien es?
- eso depende de lo quieras creer
Lo mire confundida.
-¿cómo?, ¿no todo lo escogemos nosotros y el viajante?.
- no exactamente, eso tiene que ver con la historia de los seis.
- ¿los seis?
- si, ah cierto, los humanos la olvidaron- dijo mientras miraba su reloj - se me hace tarde.
Tomo mi plato vacío y se dirijo a la puerta.
- espera, ¿que es esa historia?
- te la contare en la cena
- ¿que?- pregunte sorprendida mientras el abría la puerta.
- cierto, se me olvida que no sabes nada, cada escritor debe tener un cazador de guardia por cuestiones de seguridad.
-y ¿tu eres el mío?
- por desgracia, hasta el rato- dijo mientras cerraba la puerta rápidamente para que no pudiera lanzarle nada.

Los 6 Originales I: Escritores de DestinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora