Pasado

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" los Town habían tenido una linda niña, la madre quería llamarla Tamy y el padre quería que se llamara Charlote, sabían que cuando su niña cumpliera los tres años ellos tendrían que irse, era la condena de todos los escritores, pero tenían la oportunidad de cuidarla por tres largos años, ellos no eran ambiciosos y apreciaban el tiempo que tuvieran con su hija.
-¿p-puedo pasar?
-¡Erick!- exclamó la señora Town - claro, ¿qué pasa?
- ¿y su esposo?
- fue a la ciudad, al parecer quería comprarle algo a la bebe
-¿aún no le ponen nombre?
-no, no encontramos algo que represente lo que ella significa para nosotros.
- ¿por qué no... Write?
La señora Town lo vio como si estuviera loco.
-¿que quieres decir?
Erick se apartó la manga de su chaqueta negra, mostrándole el tatuaje de Caz.
- sabes lo que quiero decir.
La madre vio a su hija como si hubiera sido la primera vez.
-estas equivocado
- sabes que no, Liz lo sabe, ella puede proteger a la niña, pero debe ser ahora o podría ser demasiado tarde.
Erick tendría unos 18 años cuando mucho, pero en esos momentos parecía mayor, eso termino de asustar a la señora Town.
-¿quieren llevarse a mi hija?, apenas y me queda tiempo con ella.
- entiende que...
-¡no!, no dejare que se la lleven.
Dicho eso salió corriendo y se dirigió a la ciudad en busca de su esposo, afortunadamente pudieron conocer humanos amables que les ayudaron, todo estaba bien de nuevo"

"Durante cinco años todo fue perfecto, los Town creyeron haberse librado de la maldición, seguían escribiendo, y algunas de sus historias se las contaban a su niña y ella los escuchaba con sus ojos achocolatados bien abiertos.
Una tarde, después de que el señor Town regresaba de trabajar alguien toco la puerta.
El señor Town abrió y vio a Erick parado en el pórtico.
-finalmente los encuentro- Erick parecía un poco mas grande pero con más acabado, como si en esos cinco años no hubiera dormido.
-Erick.-exclamo el señor Town - ¿cómo...
-la encontré? No fue fácil Liam tuve que recorrer todos los pueblos y ciudades cercanas, me llevo tiempo.
-Erick, por favor...- imploro la señora Town
-Alice... Sabes que tengo que hacerlo.
Erick entro y el matrimonio salió corriendo por la entrada de atrás y se subieron al auto.
Iban por la carretera, a la máxima velocidad a la que podía ir el coche.
- viene detrás de nosotros.- dijo el señor Town
- ¿no puedes perderlo?
-ya lo intente
La señora Town se volteó hacia el asiento trasero donde se encontraba su hija.
-Claris, cielo, todo va estar bien- dijo mientras tomaba una libreta y una pluma y se la entregaba.
-¿que estas haciendo? No puedes hacer eso- gritó el señor Town.
-no tenemos otra opción, si es cierto lo que nos dijo Erick al menos podemos salvarla a ella- contestó su esposa- cariño- dijo dirigiéndose a su hija- ¿te acuerdas como te enseñamos a escribir?
-¡si!- contestó la niña emocionada, le encantaba escribir y lo hacía cada vez que podía.
-¿y te acuerdas que hacer cuando te dicto?
La niña asintió mientras tomaba la libreta y el lápiz, su maestra siempre se impresionaba cuando escribía decía que era muy avanzado para ella y que eso debía ser un don, la niña siempre sonreía cada vez que agarraba una pluma o un lápiz.
-muy bien amor- dijo la señora Town - escribe:
Cuando el auto se paro Claris Town estaba sana y salva, y nadie la pudo lastimar hasta que llegaron a llevarla a un lugar seguro.
Conforme la noche avanzaba ella fue perdiendo la memoria, no recordaba nada de lo que había pasado, ni el accidente ni la gente que había conocido.
Cuando la niña termino le entrego la libreta a su madre, empezaba a notarla algo nerviosa.
-¿por qué hiciste eso? - preguntó su padre melancólicamente a su madre.
- si algo llegara a pasar... Eso asegurará que ella esté a salvo.
- no nos recordara.
-tal vez, saber de nosotros la ponga en peligro.
-¿y si los tres salimos de esta?
-entonces podremos empezar de nuevo... Otra vez.
Su padre sonrío por primera vez en el día, por primera vez Claris sentía que todo saldría bien.
Erick aun los tenía cerca, sabían que no podían permitir que se llevarán a su hija, se hubieran internado en el bosque por el que pasaban si hubieran podido, sin embargo justo cuando Erick se estaba quedando un poco rezagado, algo paso. Un venado salió corriendo de la nada, el señor Town trato de evitar el impacto pero solo sirvió para que se impactaron contra un árbol.
Al parecer no fueron los único, Erick venia muy de prisa y termino de impactar con el coche.
Los señores Town estaban inconscientes, Claris no veía muy bien, había sangre cubriéndole los ojos.
-Claris...- exclamo su madre
-¿estas bien?- termino su padre.
Pero antes de que pudiera contestar, escucho que había alguien afuera.
-¡TU!- exclamó su madre- tu nos traicionaste...
Luego se oyó un golpe seco.
-¡ALICE!- gritó su padre, y luego otro golpe seco.
Claris no sabia que estaba pasando, aun no podía ver bien quien era el que los estaba atacando, pero a lo lejos oyó una voz.
-no es posible... ¡Ayuda! ¡Alguien ayúdeme!
Era la voz del mismo sujeto que los había visitado, pero se oía distante, no era el mismo que están en frente de ella.
Oyó como el que los había atacado se iba rápidamente, antes de que llegara la ambulancia.
Los paramédicos llegaron, y se llevaron a Claris, le limpiaron la sangre de los ojos y no le permitieron ver a sus padres.
-todo va estar bien querida- era lo único que la gente del hospital le decía esa noche.
Ella no podía dormir, estaba muy asustada hacerlo y normalmente sus padres siempre le contaban alguna de sus historias antes de dormir.
-mira,- le dijo una enfermera- por que no duermes un poco como una niña obediente, tal vez mañana todo pinte mejor.
-me gusta pintar.-contestó la niña.
La enfermera parecía muy triste por la niña, así que le dio una pluma y un pesado de papel donde dibujar.
-toma, dibuja con esto.
- ¿y mis papás?
La enfermera la abrazo fuerte y se levanto para irse.
-cuando seas grande lo entenderás- dijo despidiéndose tratando de no llorar.
La niña no entendía nada desde que ese señor había llegado a su casa y eso la enojaba, ella quería que sus papás le explicaran que paso, pero ellos no se dignaban a aparecer.
-un día,- dijo mientras escribía lo que decía- lo voy a crecer, y entonces recordare todo esto y lo voy a entender- dijo mientras terminaba de escribir lo que se dictó, sin siquiera pensarlo demasiado y se durmió.
Al día siguiente la niña despertó con un grito,
Los doctores fueron a ver que era lo que ocurría, cuando llegaron la niña estaba realmente aterrada, no tenía idea de donde estaba, ni de que hacía ahí. Los doctores le preguntaron que que era lo ultimo que recordaba pero ella no recordaba absolutamente nada antes del accidente.
-pobre niña- dijo una enfermera a un doctor -debió de sufrir algún golpe y perdió la memoria.
-es muy probable- argumentó el doctor- sin embargo creo que en el orfanato estará mejor.
-solo espero que encuentre una buena familia."

Termine de escribir eso en mi diario y no pude evitar soltar una que otra lagrima, mis padres habían dado todo por mi al igual que haría por Jane.
Recordé lo divertido que era estar con ella, y los buenos tiempos que pasamos. Puede que tal vez no la volviera a ver en mucho tiempo pero había hecho buenos amigos en La Editorial, aquí estaba mi verdadera familia.
Cerré mi diario de escritos recordando el deseo de la enfermera.
-la encontré- dije sonriendo como no lo había hecho en siglos.

Los 6 Originales I: Escritores de DestinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora