Verdaderas intenciones

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-¿que?
Me quede pasmada, siempre había pensado que mis padres habían muerto en un accidente, nunca se me había imaginado que alguien podía ábrelos matado.
Erick noto mi perplejidad y sonrío
-¿aun crees que tengo alternativa?- respiro profundamente y volvió la mirada del loco que había secuestrado a todo un hotel. - la oferta es la misma, tu vida o la de ella.
Seguía tratando de reponerme, en estos momentos si me rendía a la tristeza y a la ira que sentía dentro no podría pensar bien las cosas y seria el final, tanto para Jane como para mi.
A las espaldas de Erick vi que alguien se acercaba sigilosamente, era Dereck... Y no parecía venir solo.
Trate de palpar mi libreta y no la encontré, seguramente se me había caído por el bosque, ahora tenía menos tiempo del que esperaba.
-Erick, no fue tu culpa, estoy segura de que fue accidente...
-¡deja de una maldita vez de pensar que todo tiene arreglo!
Erick parecía realmente trastornado, pero eso me aclaro que yo había tenido razón, había sido un accidente y el se culpaba de eso.
-Erick...
-¡Erick!- gritó Dereck a sus espaldas apuntándolo con una pistola y casi diez hombres a su espalda.
Erick se dio cuenta del tiempo que había perdido me agarro del brazo y de no-se-donde saco un cuchillo que me puso en el cuello.
-¡Erick suéltala!- ordenó Dereck.
-vaya ahijado, el poder se te subió a la cabeza ¿no es así?- contestó Erick sin soltarme ni un milímetro- desafortunadamente yo ya nos miembro del clan de los cazadores así que tu no puedes imponerme nada.
-Dereck... - dije.
Dereck me miro, al principio un poco enojado con una mirada de luego-me-arreglo-contigo, pero yo solo veía mi libreta en su mano y luego a él, pareció entender lo que decía.
-¿¡donde esta la chica Erick!?
-esta en una cuba bajo la pendiente- dije rápidamente antes de que Erick apretara un poco más el cuchillo contra mi garganta.
Dereck parecía apunto de atacar a Erick pero me miro y entendió lo que tenía que hacer, les dijo a sus hombres que se apartaran y fue a rescatar a mi hermana.
-Erick... Escúchame...- dije con el hilo de voz que me quedaba - no tiene... Porque ser así...- Erick aflojo un poco el cuchillo- dime quien te hace hacer esto- tome su mano, la sostenía el cuchillo, y el cedió- yo te ayudare.
La cara de Erick se transformó completamente, ya no era la de un loco maniático que quería matarme a cualquier costo, ahora era solo un hombre trastornado que había sido manipulado a actuar contra todos los que había querido; en estos momentos realmente odiaba a quien le había hecho esto.
-es tarde, cuídate de...
Antes de que pudiera decirme el nombre paso lo mas extraño que había visto (y en los últimos día ya era decir bastante); un terremoto sacudió todo el peñasco, y al decir todo, me refiero a solo el peñasco, se sacudió tan fuerte que una gran parte de la orilla se desmoronó.
Erick perdió el equilibro y empezó a caer por el precipicio.
-¡Erick!
Corrí hacia donde había caído, todavía se encontraba colgando de una saliente muy pequeña. Trate de estirarme lo mas que pude pero solo le rozaba los dedos.
-¡toma mi mano!- le grite pero solo se limitó a mirarme a los ojos como un niño pequeño que ve a su madre después de que rompió toda la vajilla.
-lo siento...- susurro.
-¡NO, ERICK!
Se soltó de la pendiente y solo pude verlo caer hasta que se estrelló contra las rocas. Lo ultimo que vi de el fue su cuerpo totalmente inmóvil siendo llevado por las olas del mar.

Los 6 Originales I: Escritores de DestinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora