If I Could - Lando Norris

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El celular nuevamente volvia a sonar, el identificador de llamada montraba el nombre de su querida Livi. Aún no estaba listo para responder la llamada, su nombre seguía doliendo y no podía hablarle o volvería a caer en sus encantos.

Había estado tanto tiempo detrás de ella, intentando protegerla, pero Livia ni siquiera lo había notado. Era un sentimiento tan angustiante, facil de describir como una nube de lluvia; denso y oscuro, atrayendo tristesa y dolor a su persona.

El olor de su cabello, el sonido de su risa, el tacto de su piel; eran cosas que no dejaba de extrañar. Y tenía que admitirlo, se enamoró de su mejor amiga; lamentablemente, solo podía culparse por eso. Pero ella tenía la culpa, si no fuera por sus encantos; el nunca hubiera caido a sus pies.

Escuchaba pasos por doquir, imaginando que alguno de esos podian ser de Livia caminando hacia él. Soñaba con el día en que la volviera ver, y finalmente volver a abrazarla.

El celular dejó de sonar, y el solo pudo tomarlo entre sus manos para ver aquella llamada perdida. Sabia que estaba lastimandola, y eso lo hería aún más a él. No sabía que hacer y de un momento a otro, se encontraba abriendo su chat. El ultimo mensaje era de hace una semana, "Lan, te extraño... Por favor, no sé que hacer. Te necesito..." Aún sin responder pero si había sido leido, y más veces de las esperadas.

Un impulso, lo hizo comenzar a tipiar un mensaje confensando que aún pensaba en ella y que la extrañaba. Pero no... No lo envió, no podía. Livia había elegido, y lamentablemente no lo había elegido a él.

Intentaba olvidar a alguien a quien realmente había amado, y por quien realmente había dado todo de él. Livia se había convertido en una prioridad para él, la sonrisa de la británica se había vuelto una prioridad. La había protegido como si de un cachorro se tratase, pero no podía hacerlo más.

Él la había lastimado, pero ella lo había lastimado primero. Lo había lastimado con cada coqueteo inocente que había hecho, lo había destrosado cada vez que elegía a Edrick antes que a él y ahora ambos pagaban los platos rotos por un amor que nunca fue.