Para un padre soltero como Xiao Zhan encontrar una pareja no estaba en sus planes.
Para él primero estaba su hija.
La persona que estaría a su lado no sólo tenía que amarlo, si no también a está.
Yibo ya se había proyectado viviendo solo toda su vi...
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Maratón 3/(?)
Zhan
Me siento terrible.
Han pasado cuatro días desde la última vez que vi al capitán Wang. Ese día no sólo cuidó a mi hija de maravilla, si no que además se aseguro de llevarnos hasta a casa y confesar sus sentimientos.
¿Y que hice yo?
No lo rechacé, hice algo aun peor. Simplemente me fui sin mas.
Mi mente se quedó en blanco y no supe que decir por lo que sólo me baje del auto en silencio y me adentre al edificio.
Soy el peor.
Me he puesto en sus zapatos miles de veces, y las mismas me he reprochado por no pensar mejor las cosas.
Si, admito que hasta el momento no tengo una respuesta que darle. O al menos ninguna de la cual sea de su agrado.
Si bien Yibo me gusta un poco, bueno bastante. Eso no cambia en nada mis principios.
Los cuales son mi hija.
Y si, Li Li lo que más quiere es que me case con él y seamos felices los tres, pero ella es una niña que sólo busca amor. Yibo parece una buena persona, pero bien dicen que nunca terminas de conocer a alguien.
Si fuera por mi me arriesgaría, pero con Li Li en el paquete es demasiado peligroso.
Yibo puede decir que nos quiere ahorita, pero ¿Y si cambia de opinión? No nos conoce lo suficiente todavía.
Una cosa es que cuide de Li Li unas horas, y otra muy distinta es que cuide de ella todo una vida.
En mis planes no esta ser una de esas típicas familias que no demoran ni un año y simplemente se separan.
Puede que crean que estoy exagerando las cosas. Yibo aparentemente sólo me había pedido una cita.
Ahí están equivocados.
Yibo no sólo me había pedido una cita, y ese fue exactamente el problema. Si Yibo hubiera pedido eso yo no hubiera tenido problema en rechazar esta con todo el dolor de mi corazón, y seguido agregado al piloto a la lista de los que hicieron lo mismo anteriormente.
Yibo me había pedido una oportunidad para formar parte de nuestra vida. Y ese es un gran problema, porque mi vida era mi hija. Me prometí a mi mismo cuidar de esta, de protegerla y no permitir que nada, ni nadie le hiciera daño. Por lo que no podía permitir esto.
