Felices Por Siempre © [BLACKVERSE #3]

VII. PRINCE RAGUEL, AND COUNT MEYER

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ALWAYS TOGETHER

EL PRÍNCIPE RAGUEL, Y CÓMO JOHANN TERMINÓ SIENDO UN CONDE

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Nicolás se despertó con un severo dolor de cabeza, sintiendo como si su cerebro estuviese a punto de colapsar ahí mismo. Por suerte, Zack está frente a él con una pastilla y un vaso de agua; el alfa tiene lo mira con las cejas levantadas casi en su cabello, su gesto de preocupación le causa mariposas en el estómago a Nicolás.. estómago- maldita sea, ahora tiene ganas de vomitar.

El omega levanta las sábanas y no tiene el tiempo sufieciente de sorprenderse al ver que lleva la misma ropa que la anoche anterior. Cuando corre hacia el baño con su dorso derecho cubriendo su boca y su mano izquierda sosteniendo su abdomen. Nicolás logra cerrar la puerta y llegar a la taza depositando todo el alcohol de la noche pasada atraves de un líquido asqueroso y desagradable.

—No vuelvo a beber.. —prometió jalando de la palanca mientras sostiene su estómago ahora vacío con fuerza, el solo hecho de pensar en el alcohol le daban más náuseas.

Es claro que no va a cumplir esa promesa, la última vez que bebió, también dijo lo mismo. Pero no es su culpa que su estómago soporte más de dos litros de alcohol sólo por veinticuatro horas, porque todo va bien el mismo día que toma; pero al día siguiente quiere morir.

A Zack le pasó algo parecido la única vez que bebió en exceso, solo que el sí cumplió su promesa y jamás volvió a beber alcohol. Igual, el viaje a Las Vegas está totalmente prohibido de mencionar.

—¿Estás bien? ¿Necesitas algo? ¿Te sientes muy mal? ¿Llamo al 911? ¿Quieres que llame a un doctor? —preguntó Zack desde el otro lado de la puerta, balbuceando rápidamente al no tener respuesta de su pareja.

Nicolás recolectó todas sus fuerzas para levantarse y abrir la puerta, aún sosteniendo su estómago, solo para mirar como Zack estaba al borde del pánico, sonrió con diversión y un poco de ternura.