-Basicamente... Me secuestraste maldito!- Solté gritando
-¿Quien te dijo que quería estar contigo eh? No soy la mascota de nadie como para adoptarme o algo parecido.- Dije entre dientes, levantándome de la mesa.
Me quería ir, pero mi omega me decía completamente lo contrario, el quería quedarse. Pero no puedo, no conozco a este hombre. Lo único que sé, es que es un maldito mafioso. Bueno... tampoco es que no estuviera acostumbrado a lidiar con asquerosos mafiosos, pero este, aunque lo quiera negar, no me causaba miedo ni nada parecido. Al contrario, este emanaba un aroma tan dulce que lo único que transmitía era paz y seguridad. Esa era la razón por la cual mi omega estaba tan feliz, aunque yo me obligo a reaccionar, porque es obvio Katsuki, ¡es un maldito mafioso!. No se puede tener nada bueno en esas grandes.., rasposas.. y venosas manos..
¿QUÉ MIERDA ME PASA?
Estaba por abrir la puerta cuando una mano me jalo del brazo, haciéndome darme vuelta.
-¿A dónde crees que vas?- Dijo el intento de mafioso.
-¿Qué haces? Sueltame bastardo- Le lancé con el ceño fruncido. Un leve rubor apareció en mi rostro cuando una hermosa sonrisa se dibujó en la cara del alfa.
-Tu sabes muy bien que no tienes un lugar a donde ir. ¿A dónde irás?
-¿Que mierds te importa? Cualquier lugar es mejor que aquí.- El muy maldito tenía un punto, a donde carajo se suponía que iría. No podía decirle al alfa que aceptaría quedarme ahí, tengo un orgullo el cual tengo pensado mantener. Ya sé, haré que piense que sí tengo un lugar al cual ir, así al menos me hago rogar y no quedar como un desesperado que no tiene donde mierda vivir.
-Sueltame que me voy, tengo lugares a donde ir, asi que dejame en paz.
De repente, mis piernas empezaron a temblar y un cosquilleo recorrió todo mi cuerpo, haciéndose énfasis en mi parte íntima. El muy maldito estaba dejando salir sus feromonas y.... mierda que excitaban. Sin poder caminar, escucho como unos pasos se acercaban lentamente hacia mí. Estaba fallando en intentar abrir la puerta nuevamente, cuando un suspiro se liberó en mi oreja, erizando la piel de mi cuello.
-No te vayas- Me dijo, posando sus manos en mi cintura, tallandola con sus dedos y oliendo mi cuello tan delicadamente, como si estuviera tomandose su tiempo para conocer todo de mi.
-A-Ah...
Fue lo único que pudo salir de mi boca. Mierda, me estaba volviendo loco.
-T-Tengo que irme- pude decir casi jadeando. Pero no me salió muy bien que digamos. El alfa me dió vuelta y me beso. Sí, leyeron bien, me beso, parecía querer devorarme, de hecho lo estaba haciendo. Recién cuando mordió mi labio pude reaccionar.
Me quise negar, pero no pude. Ese olor tan embriagante hizo que perdiera la cordura. Lo acerque agarrandolo de la remera, pegandolo a mi pecho y uní nuestros labios en un salvaje beso. Nuestras lenguas se tocaban y entrelazaban mientras que el alfa me acercaba aún mas a él, apretando sus manos en mi cintura. Al menos sabe besar bien, pensé. Mis manos subieron hasta su cuello y masajearon su revoltosa cabellera, hasta que un portazo nos despertó. Nos separamos para ver a una chica, omega al parecer.Esta era de cabellera castaña hasta los hombros, y poseía unos grandes ojos de color marrón. Su cara era un tanto redonda, pero aunque me dolía admitir, era bonita, tenía unas pronunciadas curvas, las cuales me daban algo de molestia. Parecía trabajar para el alfa ya que vestía una remera manga larga ajustada y unos pantalones de color negro, estos eran ajustados en la cintura y algo holgado en las piernas. Parecía... un uniforme, pero el alfa no estaba usando nada parecido, es mas, estaba usando un jogging negro y una remera bastante suelta de color gris.
La omega estaba largando unas asquerosas feromonas de aroma agrio, que solo transmitían furia y enojo. La miré con cara seria alzando una ceja. No sabía quien era esta omega pero ya tenía mas que claro que me caía mal.-¿Qué mierda estas haciendo Uraraka?- Dijo el alfa, poniendome detrás suyo, como si quisiera esconderme. La omega parecía mirarme solo a mí, y no de buena manera. Esta quien se creía que era, sin aguantar mas solté:
-¿Estas sorda o que? Responde la maldita pregunta.- Al escucharme, me quedé impactado,¿qué mierda estaba haciendo? El alfa me miró, de igual manera, impactado, pero al segundo me dedicó una media sonrisa, a la cual yo solo me sonrojé.
-L-Lo siento señor- Dijo la omega bajando la mirada.
-Ufff... esta bien.- Dijo el pecoso,mostrandole una sonrisa tierna.- Esa sonrisita me estaba sacando de quicio, pero ¿Por qué me molestaba que le sonría?.
-Pero, sabes que no me gusta que suelten sus feromonas en mi presencia, a menos que sea necesario.-
La pelicastaña lo miró sonrojada y guardó sus feromonas. Menos mal, ya me estaban dando asco.-Ya que estas aquí, ve y dile a Kirishima que venga ahora.- La cara redonda me miró y, mostrando los dientes, le dediqué una hermosa sonrisa ladina. Esta me la devolvió con un ceño fruncido y salió de la cocina.
El más alto se dio la vuelta con la intención de continuar con lo que había empezado, pero solo pude correr la cara, intentando ocultar una tez roja en mis mejillas. Me miró con una cara de confusión y parecía que estaba por decir algo cuando, otro alfa apareció. Este me dedicó una mirada sonrojada y yo me quedé sorprendido. No era que me gustase pero, este tampoco era un alfa que me generaba rechazo. Tal vez no todos son igual de imbeciles. Ese sonrojo desapareció del rostro del nuevo alfa cuando juntaron miradas con el peliverde.¿Y ahora qué?
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Uniforme de empleadas: (Uraraka)
Uniforme de empleados: (Kirishima)
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El Omega de la Mafia (Dekukatsu Omegaverse)
RomanceBakugou Katsuki, un omega de 18 años, despierta en una habitación desconocida, en una habitación de un alfa que no conoce. Este alfa, Midoriya Izuku de 23 años, jefe de una de las mafias mas peligrosas de todo Japon, intenta conquistar a un omega b...