Reunión

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Luego de salir del baño, nos preparamos para ir a almorzar, a decir verdad habíamos tardado bastaante en "ducharnos" por lo que se nos hizo algo tarde para bajar a desayunar.

Le di un pequeño beso en los labios de Kacchan y bajé primero, dejándolo en la habitación mientras éste comenzaba a secarse sus puntiagudos cabellos.

Mientras bajaba las escaleras, iba pensando si debería cocinar yo o pedir algo por delivery. No sé una pizza o algo. Por un lado quería sorprender a Kacchan, pero el problema en este lado era que no me iba bien en la cocina. Realmente soy el típico millonario que lo único que sabe hacer son huevos fritos y salchichas. Estoy acostumbrado a que me hagan desayuno, almuerzo, merienda y cena, pero hoy es domingo, no creo que haya alguna de las sirvientas. Soy buen jefe, al menos tienen un dia de total descanso.

Mis pensamientos terminaron cuando estaba por entrar a la cocina y un delicioso aroma se sumergío por mi nariz.

Al entrar me encuentro con la mesa llena de bandejas con distintas clases de comida. Me pareció raro, ya que era domingo, y nunca les ordenaba cocinar tanta cantidad, solo para mí y obvio para ellos. Realmente no soy alguien que trata mal a sus subordinados, claro a menos que se metan con lo que me pertenece. Pero afortunadamente, todos ahí conocen las cosas que pueden y no pueden hacer. A decir verdad, solo alguna que otra vez me han hecho enojar feo.

Además de las cocineras, en la cocina se encontraban Uraraka y Mina. La segunda era una alfa de cabellos rosas y ojos color ámbar, la cual miraba sonriente a la primera, lo cual entendía por qué. Para todos era bastante notorio las intenciones amorosas que poseía Uraraka conmigo. No era una fea chica, pero yo nunca la ví y jamás la voy a ver de esa manera, es mas como una hermana menor, la cual salvé en un club.
Las miré con la ceja alzada y hablé.

-Eeh chicas que pasa? Por qué hay tanta comida? Si es que se puede saber claro.- Dije con un tono burlesco, con ellas suelo ser algo mas amable de lo normal, me hacen reir a veces.

-Cómo? No lo recuerda Midoriya?- Esa fue Mina, habló con un tono algo preocupado. No suelo olvidarme de las cosas, tal vez por eso.

-Hazme recordar Mina.- ordené cansado frotándome el puente de la nariz.

-En media hora llegan invitados. Nos dijo hace varios días que hoy vendría gente importante a esta hora señor.

-Mierda- Maldecí- tienes razón, me olvidé por completo.
Denme un café, necesito mentalizarme antes de que él venga.- Ambas me miraron confundidas, pero no tardaron en preparar lo que ordené y en menos de 1 minuto ya tenía la taza de café en mis manos.

Claramente no recordaba que justo vendría él. Después de lo que pasó, no aguanto las ganas de cagarlo a piñas. No puedo tolerar que alguien toque o se atreva a cortejar a mi Kacchan.

Mis pensamientos se fueron al sentir un nudo en mi pecho y comenzar a toser. Puse mis manos en la boca para no esparcir saliva ni nada por el estilo. Pero al sacarla veo que en la palma de ésta había sangre. Otra vez la maldita sangre, igual que en el baño. No me gustaba y no me sentía oara nada orgulloso de mentirle a Kacchan, pero si le decía que me sangraba la boca al toser, se iba a preocupar, por lo que preferí decirle que me sangraba la nariz que es algo un tanto más normal.

A pasos rápidos, la omega de pelo castaño, se acercó y me ofreció papel y un vaso de agua. Me miraba preocupada.

-S-Señor..? Todo bien? Necesita algo?- Soltó una preocupada Uraraka.

-Estoy bien, gracias Uraraka- Le dije con una sonrisa para tranquilizarla, una Uraraka preocupada era un tanto insoportable, pero siempre agradecí el gesto, nunca sabes si puedes confiar plenamente en los tuyos.
Me cuesta confiar en la gente, debido a quien soy, no me permito tener muchos amigos.

El Omega de la Mafia (Dekukatsu Omegaverse) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora