Nada 5

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Izuku estaba en una habitación oscura, mientras buscaba ayuda.

De tanto caminar se encontró con dos personas adultas, una mujer de pelo verde y un hombre de pelo negro y risado. Los dos se estaban desangrando y Izuku intento ayudarlo pero cuando se acerco la mano de la mujer le agarro de la muñeca.

- ¿Qué intentas hacer? -. Pregunto la señora.

- Quiero ayudarla.

- Como puedes ayudar a las personas que ya has matado.

Izuku se despertó alterado, no sabía porque. Su respiración estaba alterada y no podía recordar el sueño que le provoco esto.

Una vez que se calmo miro el reloj y se fijo que eran las ocho de la mañana, fue al baño de su cuarto y se lavo la cara para poder despejar un poco su mente. Acto seguido se vistió y camino hacía la cocina.

Ahí se encontró con Tomura, que estaba preparando el desayuno de Eri e Izuku.

- Bueno días.

Dijo Tomura mientras miraba a Izuku, pero cuando quiso seguir hablando el repentino abrazo de Izuku se lo impidió.

Tomura apago el fuego y le empezó acariciar la cabeza, él sabia perfectamente que en esta situación no hacía falta decir algo, lo único que debía hacer era estar ahí y eso se lo lleva demostrando a Izuku desde que llego, pero él entiende que aunque se lo diga, a veces Izuku necesita que se lo reafirmen.

Este comportamiento lo tiene tanto Eri como Izuku, los dos necesitan que la gente reafirme que les quiere.

Izuku lo busca atrás vez de los gestos, como los abrazo o los besos en la frente y Eri lo busca con las palabras, porque esa niña de la nada te puede decir "¿Me quieres?", y los de la Liga le dicen de inmediato que si, que la aman y siempre la van a querer.

Son dos almas rotas.

A veces Tomura piensa en el tal vez, porque a veces piensa que si hubiera conocido a Izuku o a Eri antes, quizás sólo quizás hubiera impedido tanto dolor, tantas lagrimas y tantos traumas.

Quizás Izuku sería un estudiante normal de preparatoria, quizás viviría con sus padres y estudiaría alguna carrera en la que su quirk sirva, como un medico o quizás un héroe de rescate. Puede que Eri estuviera en la primaria, haciendo amigos en el parque y soñando en ser una princesa de mayor, o pidiendo a sus padres un hermano o un perro.

Pero eso no es posible, ahora este es su presente y lo único que sabe es que debe proteger a esos dos, sin importar el futuro o el mundo, y es que mucha veces pensó en llevar a Eri o Izuku a la U.A, porque quizás allí cuidarían muy bien de esos dos.

Tomura dejo de pensar en esas idas, cuando sintió que el abrazo de Izuku se hacía más flojo. Le miro y vio que el le estaba mirando con sus redondos ojos verdes.

- Gracias -. Fue lo único que dijo.

- ¿Por qué?

- Por estar aquí, y cuidarnos a mi y a Eri -. Tomura con su mano pego la cabeza de Izuku en su pecho, mientras intentaba asimilar lo que pasaba.

En ese momento se dio cuenta de porque no entrego a Izuku y a Eri a la U.A.

Él también estaba roto, y él también necesitaba a su lado a Izuku y a Eri. Él también necesitaba que alguien le reafirmara que le querían.

Eri entro en la cocina y al ver que se abrazan se quiso unir, así que se acerco a ellos. Izuku al verla dejo espacio para que Eri y se quedaría en medio de ellos dos, y así las manos de Tomura solo tocaran a Izuku, para evitar que el quirk de Tomura no tocara a Eri.

- Tomura -. Dijo Eri mirando a Tomura.

- ¿Qué?

- ¿Me quieres? -. Dijo Eri con u poco de esperanza.

Tomura por primera vez en ese tiempo diría que si, no por la costumbre de esa pregunta y por proteger la mente de la niña, diría que si porque de verdad ama a esa niña... porque de verdad ama a esos dos.

- Te quiero Eri, y también quiero a Izuku... Os quiero.

Salvame [Shigadeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora