Silencio. Eso era todo lo que Jimin debía mantener en el recorrido dentro de aquel extraño automóvil, el miedo recorriendo su cuerpo mientras sus brazos trataban de mantener al pequeño bebé contra su torso.No estaba seguro de si era buena idea preguntar qué demonios estaba ocurriendo, ya que los hombres a cada costado suyo mantenían empuñadas las armas con los dedos índices en los gatillos respectivamente.
Él estaba aterrado.
No tenía idea de lo que sucedía a su alrededor en el momento en que los hombres se comunicaron en otro idioma, ruso, serbio o cualquiera, no importaba, él no entendería de todos modos.
— Encárgate de él mientras le aviso al jefe — el acento del hombre era tosco, daba simplemente una mala sensación.
Jimin bajó el rostro tratando de pensar en alguna manera por más estúpida que pudiera ser para intentar escapar del auto, pero el bulto entre sus brazos le impedía cometer una tontería allí mismo.
No había transcurrido ni un solo día, sin embargo, su cuerpo y mente estaban protegiendo al pequeño como si fuese suyo.
De nuevo, el idioma cambió alertando a Jimin cuando el automóvil atravesó un camino rocoso hasta toparse con rejas oscuras que se abrieron paso dejándolos movilizarse, su aliento quedándose atascado al imaginar que el final del camino estaba cerca.
Y que sea lo que estuviese por suceder, estaba por hacerlo pronto.
— Por favor — murmuró con la mirada fija en el parabrisas observando el camino abrirse en dirección hacia lo que parecía ser una gran casa vigilada — por favor, no he hecho nada malo.
Trató de rememorar si alguna vez había ofendido, insultado o golpeado a alguien a quien debía temer o jamás acercársele, pero no había nada en su mente que le diera una razón de peso para estar en esa situación.
— Por favor — su voz se quebró cuando el automóvil terminó el camino hasta detenerse cerca de la entrada.
Las lágrimas no tardaron en llenar las esquinas de sus ojos cuando fue empujado hacia el exterior del auto por los mismos hombres que estuvieron sentados a sus costados, no tardó en escuchar el fuerte lloriqueo del bebé por el brusco movimiento.
En un vano intento meció al pequeño, su cuerpo temblando por la adrenalina y miedo juntos.
— Entra — sintió una enorme mano empujarlo desde atrás obligándolo a ingresar.
Evitó decir algo más cuando halló más hombres armados en el interior vigilando cada uno de sus movimientos, ellos solo estaban allí quietos a la espera de lo que parecía una orden.
Pero ¿De quién?
— Muévete — de nuevo había alguien obligándolo a moverse.
El miedo evitó que tuviera aquella curiosidad de averiguar dónde se hallaba, ya que lo estaban llevando en una sola misma dirección que cruzaba hacia un largo pasillo. El bebé continuó gimoteando, Jimin meció sus brazos de forma suave con la esperanza de que el llanto no alterara en demasía el mal humor del hombre a sus espaldas.
Lo menos que necesitaba era hacerlo enojar y que este se desquitara con el pequeño.
Fue llevado hasta una habitación, no le sorprendió no hallar ninguna otra salida a parte de la entrada misma, había una cómoda, muebles básicos llenaban el espacio, pero logró notar que en el rincón donde la luz artificial no daba por completo había una cuna instalada.
Eso le dio la ligera idea de que quién estaba detrás de todo esto, no lo buscaba a él, sino al pequeño que se hallaba llorando en sus brazos.
— Dámelo — escuchó la orden, antes de sentir cómo le arrebataron al pequeño mientras la mano libre del hombre lo empujaba hacia atrás hasta hacerlo caer contra el suelo.
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FirstBorn °Kookmin°
FanfictionDescubrir la existencia de su primogénito no estaba entre los planes de Jeon Jungkook, él no tenía interés alguno en dar inicio a su legado. El hombre era temido por sus adversarios, concretaba negocios consiguiendo el más alto beneficio propio, per...