El lugar a su alrededor era familiar, pero la sensación que recorría por su cuerpo era diferente. Jimin no tardó en percatarse de la escasa vigilancia en la habitación.
Tal vez se trataba de alguna trampa por parte de aquel hombre. Realmente dudaba que existiera alguna pizca de compasión proveniente de él.
Sin embargo, continuaban alimentándolo, no importaba la cantidad de veces que se acercaba a la puerta con la intención de salir de la habitación, ningún guardia lo detenía.
Jimin recorrió los pasillos largos en distintas ocasiones, su corazón siempre tronando con fuerza una vez que se quedaba inmóvil frente a la puerta blanca que conocía a la perfección. Pero sus sentimientos dieron un vuelco en su interior al percatarse aquella tarde de que el interior como lo recordaba ya no existía más.
Miedo llenó su cuerpo en respuesta, la clara intención de cuestionar acerca del paradero de su sobrino.
— ¿Dónde... — el sonido de pasos acercándose en su dirección lo interrumpieron.
Su vista dirigiéndose hacia el hombre que había dejado de mantenerlo encerrado.
— Pequeña — fue la única palabra que salió de su boca.
Jimin no lo comprendió, su mirada confusa expectante ante la aburrida del contrario.
— La habitación es pequeña — agregó el más alto.
No hubo más explicaciones, pero de alguna forma Jimin logró entenderlo.
Se preguntó si el hombre respondería a sus cuestionamientos, él necesitaba saber dónde estaba su sobrino.
Pero no se atrevió a preguntarle, la oscura mirada proveniente del hombre más alto lo inquietaba. La diferencia por pulgadas lograba ponerlo nervioso, aunque no hubo un contacto físico directo como en aquella ocasión de falsa compasión, el contrario mantuvo su distancia.
— Deberías dejar de verme de esa forma — el extraño tono suave de voz que usó el contrario lo desconcertó — ya deberías saber que no le haré nada al pequeño.
Jimin debió haber hecho alguna clase de expresión de desconfianza en su rostro ya que el hombre dejó de verse tranquilo, ahora en su rostro una pizca de mal humor lo llenaba.
— Tercera habitación a la izquierda —dijo sin más retirándose sin siquiera despedirse.
El más bajo se quedó allí inmóvil y atónito ante la actitud del contrario. No lograba comprender sus acciones o palabras sin sentir que estaba perdiéndose de algo importante. Sacudiendo la cabeza como si intentara borrar sus pensamientos se dirigió hacia las escaleras.
Efectivamente halló al pequeño al final de su recorrido. Su sobrino estaba durmiendo plácidamente en una gran cuna, Jimin se detuvo a un costado del mueble observándolo con anhelo. No estaba seguro de qué debía hacer con respecto al pequeño, pero no se atrevía a cuestionar las acciones del contrario.
Habían transcurrido varios días desde que lo había visto, se sintió como un tonto al quedarse allí de pie esperando que el pequeño despertara y lo observara de vuelta. No fue consciente del tiempo que estuvo en el interior de la nueva habitación solo esperando por algún movimiento del menor.
— Eres jodidamente extraño — la voz a sus espaldas lo asustó.
Girándose sobre sus talones Jimin halló al gran hombre enfrente suyo, la mirada impasible que lo caracterizaba estaba allí mientras saltaba entre su dirección y la del pequeño. Tragando saliva se mantuvo en su lugar sin estar seguro si debía moverse o quedarse en la habitación.
— No soy extraño señor — respondió Jimin luego de varios segundos en silencio.
El aludido llevó su vista hacia el más bajo, su mano elevándose con gracia hacia su cabello. Los dedos largos deslizándose a través de las hebras oscuras de su frente.
— ¿Señor? — cuestionó en respuesta — esto debe ser una jodida broma — murmuró, Jimin logró escucharlo sin comprender su repentina molestia.
Lamiendo sus labios, el más bajo esquivó la mirada cuando el contrario lo observó.
— Preferiría que me llames Jeon — agregó repentinamente — solo eso.
Jimin parpadeó con sorpresa, era la primera vez que parecían estar teniendo una conversación normal.
— Jeon — repitió el más bajo suavemente regresando la mirada hacia el aludido.
— Si — respondió enviando las manos hacia los bolsillos del pantalón oscuro que estaba usando; su mirada fija en Jimin.
Aquello solo logró inquietarlo en demasía, tal vez estaba esperando algo de su parte.
Con dedos temblorosos Jimin agitó sus manos para luego entrelazarla al no estar seguro de cómo actuar frente a Jeon, era extraño, estaba seguro de que se trataba de su apellido, comprendiendo el por qué no le diría su nombre. Aunque estaba dudando incluso que se tratara de su apellido real, no había razón alguna para que fuera honesto.
Decidió dejarlo de aquella forma, no conseguiría nada intentando obtener más información que no tendría manera de comprobar si era verdadera.
— ¿Qué hará con mi sobrino? — se atrevió a preguntar finalmente.
No le interesaba si era ignorado, él solo quería obtener alguna respuesta diferente a las pocas que Jeon le había brindado anteriormente. Su mirada se fijó en el hombre frente suyo, no podía evitar sentir curiosidad por su rostro, específicamente por el color de iris de sus ojos.
Jeon debió notarlo en seguida porque sus parpados se relajaron de manera peligrosa, Jimin sintió su rostro caliente por la vergüenza de haber sido atrapado.
— Deberías ver los suyos — Jeon llevó su mirada hacia la cuna.
Jimin imitó su acción percatándose de que su sobrino estaba despertando de su siesta.
— Así dejarás de ver los míos como si fuera un fenómeno para observar — agregó el contrario repentinamente.
Aquello captó la atención total de Jimin quien se sintió extraño en cuanto Jeon se movió para dirigirse hacia la puerta de la habitación.
— No eres un fenómeno — elevó la voz el más bajo al sentirse nervioso por la conclusión del contrario.
Él no era esa clase de persona, no tenía intención alguna de burlarse del hombre. Jeon no detuvo su caminata.
— Lo lamento — agregó Jimin sintiendo sus nervios aumentar — tus ojos son bonitos — en cuanto aquello salió de su boca sus manos se dirigieron con prisa hacia su rostro. Una expresión incrédula ante la mirada de Jeon quien giró para encararlo.
La expresión en el rostro del contrario podría ser hilarante sino se tratara de la persona que lo había retenido en contra de su voluntad inicialmente, Jeon frunció el ceño al observarlo avergonzado.
El silencio que se formó debido a la incomodidad se rompió en cuanto el pequeño dio inicio a un leve gimoteo, sus ojos brillantes debido a las lágrimas que comenzaban a acumularse.
Jimin no dudo en moverse hacia la cuna para tomar al pequeño en brazos antes de que este llorara. Su cabeza girando para observar al hombre, pero no lo halló en su visión. Un gran suspiro abandonó su boca al percatarse de que Jeon ya no estaba cerca.
Sentía terror al ser consciente de que, a pesar del tamaño de aquel hombre, este no emitía ruido alguno al acercarse, atemorizado de imaginar que Jeon podría lastimarlo fácilmente y no podría impedirlo, aunque lo intentara.
— Es realmente aterrador — murmuró Jimin para si mismo.
Su mirada bajando en dirección hacia su sobrino, el pequeño estaba bostezando entre sus brazos una vez que algunas lágrimas se escaparon resbalando por los costados de su rostro. Jimin lo observó en silencio cuestionándose acerca de sus acciones sin sentido.
No quería involucrarse con alguien como Jeon, pero odiaba de alguna forma la idea de alejarse del menor.
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FirstBorn °Kookmin°
FanfictionDescubrir la existencia de su primogénito no estaba entre los planes de Jeon Jungkook, él no tenía interés alguno en dar inicio a su legado. El hombre era temido por sus adversarios, concretaba negocios consiguiendo el más alto beneficio propio, per...