Jimin continuaba sorprendido, la forma en que los días comenzaron a transcurrir con tanta calma era aterrador, pero no podía evitar continuar pensando en la situación actual de su sobrino.
Solo podía referirse a él de esa forma. No había un nombre para el pequeño.
Las mañanas eran aburridas, de vez en cuando llevaba su mirada hacia la puerta que permanecía cerrada, esta no tenía seguro.
A diferencia de las semanas pasadas, el seguro estaba puesto todo el tiempo, el sonido de una llave haciendo su trabajo en la perilla es lo que lo alertaba. Pero ahora era diferente, como si un permiso silencioso estuviera grabado en aquella perilla, una invitación para salir de aquellos muros que ya conocía a la perfección.
No se atrevió, pensó que era una trampa. Una falsa esperanza.
— No lo sé — repitió Jimin en voz baja cuando uno de los hombres que trabajaba para Jungkook le preguntó sobre el paradero de la mujer.
— Esto es estúpido — le escuchó decir al hombre — el jefe solo debería deshacerse de él, no es de ayuda.
Jimin observó al hombre abandonar la habitación, cada cierta cantidad de tiempo venían a hacerle un interrogatorio, siempre era lo mismo, las mismas preguntas, respondía igual a todas.
Preguntó por el pequeño en cada oportunidad que tuvo, nunca recibió una respuesta.
De nuevo, la habitación estaba en silencio, su vista se dirigió hacia la ventana, estaba acostumbrado a la visión del patio trasero de la residencia, una amplia zona verde que era interrumpida por un estanque.
Era un hermoso escenario, de no ser por la verdadera forma en que sus residentes vivían.
— Esto ni siquiera es divertido — la voz de Jungkook lo hizo alertarse como era de costumbre.
El tono suave de su voz no era un indicio de calma, no, era aquella forma de aviso sobre perder la paciencia prontamente.
Elevó la vista encontrándose con la contraria.
— Han pasado varias semanas desde que estás aquí, todo esto debería haberse resuelto desde hace tiempo.
— Lo he dicho, realmente no lo sé — Jimin estaba sentado al borde de la cama.
No había sentido en seguir mostrándole miedo al hombre aterrador.
O eso esperaba. Sus reacciones inconscientes lo delataban.
— El pequeño ha estado creciendo bien — dijo Jungkook en respuesta — tiene esos pequeños detalles que lo hacen parecer a la mujer, a ti — agregó lo último con voz más suave.
Peligrosamente suave.
Jimin inhaló con fuerza desviando la mirada hacia el cabezal de la cama, realmente había intentado pensar en algún lugar donde su hermana pudiera esconderse.
— Es natural regresar a aquellos lugares malditos — aquello captó la atención de Jimin quien regresó la vista hacia el hombre.
¿Lugares malditos? No comprendía.
— He estudiado sobre tu vida y la de tu hermana — agregó — debiste pensar de la misma forma que ella — envió sus manos hacia sus bolsillos — ¿qué te hizo desistir de continuar con esa trágica forma de vivir?
Sus dedos se movieron ansiosamente ante la pregunta, inhalando con fuerza sacudió la cabeza bajo la atenta mirada del hombre aterrador.
Él no quería responder a esa pregunta.
— ¿Qué fue lo que cambió? Tenían la misma escoria como vida.
Jungkook insistió.
Evitó forzar la garganta por la incomodidad del ambiente a su alrededor, sacudió la cabeza ligeramente de nuevo.
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FirstBorn °Kookmin°
FanfictionDescubrir la existencia de su primogénito no estaba entre los planes de Jeon Jungkook, él no tenía interés alguno en dar inicio a su legado. El hombre era temido por sus adversarios, concretaba negocios consiguiendo el más alto beneficio propio, per...