La boca de ambos se abrió sorprendida al entrar al lugar, el edificio era grande y por dentro se veía aún más. Luces de color púrpura a los extremas y luces de colores en el centro adornaban el lindo lugar.
――¿Quieres comer algo? Creo que venden alitas o algo así.
Ethan se acercó a su oído para hablarle, la música era muy fuerte.
――Comí antes de venir aquí. Descuida.
――Bien, ¿Qué quieres hacer primero?
――Tú me trajiste aquí, dime tu plan.
――Bailar un rato, vamos a los boliches qué están en la parte de allá y cerramos con unas cuantas partidas de Karaoke.
――Me gusta, vamos.
El alcohol no podía faltar en su noche, él fue el encargado de llevar y pedir las bebidas.
Si te gustaba escuchar la música al volúmen al máximo ese lugar era perfecto para ti, apenas podías escuchar a quien te acompañaba de lo fuerte que sonaban esas bocinas.
Reconoció a algunos estudiantes de su escuela, si el club recién había abierto seguramente se haría popular rápidamente. Y lo cierto es que era un lugar muy bonito.
――Linda, ¿Ya te dije hoy lo mucho que te amo?
――No, ya me estaba empezando a poner triste.
Jugó con él. ――Por cierto, Tenha dijo que quería hablar contigo, ¿Te llamó?
El chico fingió no escuchar y arrastró a su novia hasta la pista de baile para que bailaran juntos esa canción pegadiza que sonaba tanto en las radios últimamente.
Después de que ella ganara en los boliches, fueron por un plato de alitas y frituras.
Pasaban entre las personas para poder ir a la barra y pedir otras bebidas. Ya era hora de dejar la cerveza atrás e ir por algo mejor.
La puerta tiene un reflector que se enciende cada que alguien entra o sale, eso te obliga a prestar atención a quien llega y quien se va.
Mientras esperaban a que sirvieran sus vasos de vodka, Ethan ve entrar a alguien familiar y de reojo observa a su novia, algo nervioso.
――¿Vamos al Karaoke y después al salir de aquí podemos ir por un helado?
Seyoung abrazaba a su novio con expresión tierna y suplicante para que aceptara su petición.
Pero Ethan se apartó para que el abrazo se rompiera dejando a la chica confundida.
――Sí, sí, lo que quieras, amor.
El contenido del vaso se esfumó, luego de que él lo bebiera todo de un solo trago. Miro hacia esa dirección nuevamente y esta vez, Seyoung hizo lo mismo.
No vio a nadie interesante a excepción de una persona.
A la mujer rizada de la otra noche.
――¡Vamos ya, date prisa o nos ganaran la última Sala!
Casi corriendo la metió ahí.
――¿Está todo bien?
――Sí, solo, ya me siento un poco mareado. Es todo, mi amor. Escoge la canción.
――¿No quieres escogerla tu?
――Soy feliz viendote cantar.
Sonrió y eso hizo que ella sonriera también.
――Entonces... Déjame ver el repertorio. ――Buscaba entre las canciones ordenadas alfabéticamente. ―― ¿Que te parece Umbrella de Rihanna? Esa canción cada que la escuchó no puedo evitar no pensar en ti. Es como si fuera nuestra, ¿No lo crees?
Aún recuerdo nuestra relación empezó siendo mejores amigos y luego novios.
Umbrella empezó a sonar y antes de que ella pudiese tomar el micrófono, Ethan la detuvo.
――Te-Tengo que decirte algo.
――¿Sobre qué?
――Prefiero... prefiero que te enteres de mi que de alguien más.
Por la forma en la que su boca temblaba y tardaba en formular las oraciones, Seyoung fruncio el entrecejo.――¿De qué se trata? Ethan, ¿Te pasó algo? Me estás preocupando.
