Capítulo 3

14 6 8
                                    

-¿Y eso? ¿No puedo leer tus mensajes? ¿Y por qué? ¿No acabas de decir que tenemos que tener confianza? Y además, ¿de quién son?

   En fin, que proseguimos con la discusión hasta la hora de Tecnología, y yo estaba tan nerviosa. Por primera vez, bueno la segunda saco un Bien.

      Tuve una experiencia similar en Tecnología el año pasado, cuando me corté el dedo índice de la mano izquierda con un  escalpelo.
    Resultado: llamaron a mi madre, que me llevó a urgencias. Tres puntos me dieron y pude apreciar a todas las constelaciones. ¡Y otra vez los planetas! Volví al colegio, cualquier otra persona cuerda hubiese vuelto a casa, pero yo no, mi madre dijo que eso bastaba. En cualquier caso, me gané dos Bien uno en Tecnología y en Mates. ¡¡¡En Mates!!!

    Bueno, por lo demás, a propósito del video en el que aparecía el profe Marcelo a mis espaldas, nada de nada, ni siquiera la posibilidad de volver a verlo, cuando menos para reírnos un poco. Nada.

   Quiero comprar una caja, una de ésas de cartón rígido con dibujos de girasoles. Grande, grandísima, para meter dentro las cosas que dejaré de usar a partir de este año porque me siento un poco más mayor. Por ejemplo debo meter, historietas, discos infantiles, muñecas, y camisetas de princesas, que mi madre (Eneisy) me compraba siempre sin importarle que yo me enfadas, los diarios secretos cin un cansadito que he llenado de adhesivos y de frasecitas de todo tipo, las fotografías de primaria, mi calendario con la cara que tenía a los cincos años disfrazada para Carnaval, fea a más ni poder. Todo lo que ahora me parece inútil, ha pesar de que ahora es que entro verdaderamente a la juventud me siento diferente desde el momento que ví todo eso como algo de fiñe.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Esa tarde, Fabi y Cynthia están sentadas delante de mí y se niegan a creerme.

   -En ese caso, os voy a cantar...

  Es justo que sea yo la que invite, por otro lado, la mayor de las veces lo hace Fabiana, y es incluso natural,y las llevo a un pequeño local.

   Cynthianika se pone en seguida a comer un plato caro, pero el mejor por exquisitez, que se lo manda en un abrir y cerrar de ojos.

    -¿Nos puede traer también un jugo de manzana y dos granizado del que tenga?

      Fabiana está en ascuas, la veo desconcertada, ella ha nacido oara el cotilleo incesante sin importar por qué parte se empiece y dónde se acabe. Se aburre mucho.

    -¡Bueno Hany! ¿Nos cuentas algo o no? ¡Venga tía!

   Cynthia, la pelirroja, enana, asiente con la cabeza y se lame los dedos como si quisiera comérselos también. A continuación, se seca con una servilleta. Pero ella es así siempre, recuerdo cuando nos inscribimos las tres para hacer una comunión. Comprábamos bolsitas con hostias dentro y ella, con la excusa de que tenía que entrenarse, se las comía una detrás de otra. ¡Las guardaba en el pupitre y parecía una ametralladora! Tun, tun, tun..., se las disparaba en la boca como si nada, y de vez en cuando se quedaba bloqueada, pero no porque la hubiese pillado ¡nooooo! Lo que sucedía era que se le quedaba una pegada al paladar y entonces trataba de realizar una extraña intervención quirúrgica para "extraerla"  valiéndose de dos dedos rechonchos manchados de pintura, porque le gustaba el dibujo, la única materia que se las arreglaba sin problemas. Mirarla era un espectáculo.

    -¿Fabi ya le contaste a la perra de Hanelyn, lo de ayer?

    -No -susurra la rubia ricona entre dientes.

    -¿Qué me tienen que contar? ¿Acaso es sobre los mensajes?

     -¡No! -responde la misma Fabiana nerviosa como si la hubiese descubierto.

     -¿Manzana? -interrumpe la camarera a nuestra mesa con una bandeja.

      -Es para mí, gracias -levantando mi mano a una velocidad increíble, igual que las pocas veces que Mauricio hace una pregunta general y por casualidad digo, por pura casualidad la respuesta correcta.
   
    -Así que los granizados son para vosotras dos.

    La miro y sonrío para mis adentros  la tía no debe de ser un as en matemáticas. La resta es tan evidente que me quedo patidifuso. Pero, aún así, todas sonreímos y le decimos que sí; al menos nos la quitamos de encima y puedo empezar con mi relato cuando la vemos marchar.

    -¿Y bien?

    -Led, como lo llamo yo, es un chico muy dulce. Lo conozco desde que éramos niños y nos hemos ido viendo desde entonces, pese a que él tiene dos años más que yo... -bebo un poco de jugo- ¡Ayyy me quema!

   Fabi me interrumpe cuando me pone la mano en el brazo izquierdo.

    -Precisamente por eso, déjala estar. ¡Sigue!

     La pelirroja está tan intrigada con la historia que se ha quedado con un trozo de chocolate suspendido en el aire y me mira espantada.

     -Si vamos, Hanelyn; no pares. Sigue, ssigue -mirándonos las tres y riéndonos como bobas.

     -¡Venga, adelante mi Rapunzel! No te hagas de rogar -expresa con tono macabro la otra enana.

     -Está bien... -regresando del viaje en las nubes.

---------------
Hola lectores!!!

Sé que querían saber cuál era rl misterio que tenía Fabiana. Suelo decirles que por ahora no podré decirles, pero tal vez se vayan dando cuenta.

¿Quiéren saber el chismecito que involucra a Leduard? El próximo capítulo será un extra para que se enteren.

   Saludos😊❤
    

   

Hanelyn ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora