SECHS

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NamJoon abrió los ojos, estaba en la habitación del nazi que ahora se encontraba en el trabajo seguramente, su cuerpo dolía, dolía de una manera exquisita, se sintió estúpido y pervertido al pensar así. Las últimas semanas habían sido tan... descabelladas. Primero se besaron y luego tuvieron una clase de revolcón en el pasillo, para después tener otro en la sala, uno más en el sótano donde dormía, dos más en el despacho y éste último en la habitación de SeokJin.

No sabía cómo sentirse, pero, satisfecho, estaba. Era muy extraño, los golpes pararon, los maltratos no tanto, bueno, al menos ya no le lanzaba floreros a la cara. Tampoco era como si no le tratara con frialdad y brusquedad la mayoría del tiempo. Si bien sus encuentros sexuales se limitaban solo a eso, parecían estar bien con ello, incluso siendo hombres, incluso siendo uno un nazi y el otro un gitano, un pecador.

Kim creyó que Jung era más firme en esa clase de cosas, que odiaba y repudiaba a los homosexuales, pero, tal parecía que le daba igual cogerse a su sirviente cuando estaba frustrado, no le carcomía el cuerpo acostarse con un hombre y usarse mutuamente como un juguete sexual.

NamJoon nunca se había enamorado, nunca había tenido una relación de verdad con alguien, es más, la única forma de amar que conocía era la de hijo- madre y humano-naturaleza, sin embargo, esa clase de amor romántico no era lo suyo, en realidad le parecía demasiado cliché para sus estándares de credibilidad. Ser usado no le importa en ese ámbito.

Se terminó de vestir y salió de allí casi de puntitas, se sentía en una clase de espionaje, y aunque era realmente improbable que les vieran en ese lugar, se ponía nervioso, nunca había estado con el enemigo, no sabía cómo reaccionaría alguien si los viera, aunque era obvio que terminarían muertos.

Llegó al sótano y cerró con seguro, y se había asegurado de terminar sus tareas, así que siguiendo las órdenes que SeokJin le dió una vez durante una discusión, solo se dedicó a sentarse en la cama y esperar a que volviera. Sacó algo de su taburete, algo que no había podido dejar ir, la foto de esa mujer.

La repasaba una y otra vez, no tenía ni una idea de quién era, Marie Jung. Había descartado la idea de que fuera una hermana de los Jung, había fotos familiares en el lugar y en ningún lado aparecía una chica aparte de la madre de los hermanos, quien había descubierto con el nombre de Ilsa.

A veces quería dejar la cautela de lado y preguntar directamente por ella, pero, no conseguiría nada más que una paliza, de eso estaba seguro, pues Jin siempre dejó claro que no tenía porque sentirse en uso de privilegios por dejar que se enredara entre sus piernas.

Jodido idiota, murmuró en voz baja.

Entonces una idea algo loca le pasó por la mente, ir a buscar más cosas al cajón de dónde había obtenido la foto. Suspiró pensando que eso era una estupidez digna de un lilipendo de primera. Cosa que él no era...o tal vez sí. Corrió hasta el despacho, rebuscando entre los papeles que seguían como los dejó, entonces encontró la caja, inhaló con fuerza y la tomó entre sus manos, no iba a ser estúpido quedándose a verla allí, así que trató de disimular su ausencia en el cajón con más hojas y se levantó llevando la caja con él.

Ya sintiéndose más escondido en el sótano, dejó salir todo sobre la cama, llegando a ver montones de fotos y cartas partidas a mitades, había varias que llamaban su atención.

Una de una boda dónde... SeokJin era el novio...¡SeokJin era el novio! Su corazón se le subió a la garganta y sus manos temblaron. ¿Casado? ¿SeokJin estaba casado? Ésta vez revisó muchísimo más apurado tratando de encontrar cualquier cosa que le diera pistas, la mujer de las fotos donde Jung lucía ese precioso traje negro llevaba un velo cubriendo su rostro.

SMARAGD [JINNAM]✓✓ EN PROCESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora