SMARAGD [JINNAM]✓✓ EN PROCESO

NEUN

Sus ojos se posaron sobre el sillón del frente, NamJoon estaba sentado en él, con el rubio a su lado y los perros queriendo jugar con él. Bebió un poco de su jugó y luego admiró los ojos verdes y brillantes del moreno, parecía divertido jugando con los canes, algo en su interior ardió un poco, sintiéndose vulnerable de repente, quiso llevar sus manos a su cara para sostener su máscara que poco a poco se le caía.

-Ella está muerta...el auto se volcó y ni siquiera el chofer sobrevivió, lo siento tanto...- su voz tembló al decirle aquellas dolorosas palabras.

-¿Qué?...no, Marie, ella, está bien, va a llegar más tarde, ella, ella llamó diciéndome que la lluvia no era tan fuerte, dijo que ya, que ya sabía que era Smaragd, horneé pastelillos para ella, yo...- su voz temblaba y sus ojos rogaban desesperanzados que todo eso fuera una mentira.

-¿Hornear pastelillos? ¿De qué...? – Arnold quiso hablar, pero fue interrumpido por su hijo menor.

-Papá este no es el jodido momento- le gruñó intentando no soltarse a llorar.

-SeokJin, el auto se volcó, encontraron los cuerpos hace unas horas, Marie no tenía pulso, su cuerpo llegará en unas horas a la sala, lo siento mucho- intentó palmear su hombro, pero estaba y se veía tan afectado que mejor siguió su labor sin tocarlo.

HoSeok tembló un poco cuando su hermano se puso de pie sin levantar la mirada del suelo, sus puños se apretaron y entonces la asquerosa voz de Arnold los hizo mirarle.

-Esta es una clara señal de que siempre voy a tener la razón, SeokJin- el de cabello oscuro y piel algo canela quiso decirle algo a su padre por sus palabras, pero la mirada severa de su madre lo hizo callar- te dije que esa mujer no nos traería nada bueno, empezando porque no fue capaz de engendrar un varón...es una vergüenza – espetó tomando sus manos detrás de su espalda.

La mirada de Jung SeokJin se elevó de manera aterradora, una mirada que HoSeok no había visto en él desde que conoció a su esposa, sus pupilas casi no se captaban debido al color oscuro de sus irises. Se acercó a su padre con una postura amenazante y le miró directo a los ojos.

-Esa mujer, me dio lo mejor que he tenido en toda mi vida, y esa bebé era mi hija, que eso no se te olvidé, vuelve a decir algo así sobre ellas dos y me haré cargo de que el apellido Jung aparezca en una lápida junto a tu nombre...ahora, largo- la madre de ambos chicos abrió su boca sorprendida por sus palabras, mientras que Arnold se puso tan rojo como la sangre, luciendo realmente molesto.

Ambos se esperaban un golpe impactando la cara de Jin, pero su padre solo bufó, tomó a su esposa por el hombro con algo de fuerza y salieron de allí sin decir nada más.

Desde ese día, su mirada no volvió a brillar y las únicas sonrisas que daba eran las irónicas, juró que jamás podría fijarse en otra mujer, que jamás volvería a amar así, tal vez por el miedo a salir igual de lastimado o porque simplemente no podía soportar la idea de dejar ir el recuerdo de aquella chica de rizado cabello y ojos oscuros a la que una vez amó.