Capítulo 17. Supongo que nunca lo sabrás

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—De acuerdo, ¿están todos listos? —Inquirió el profesor Hopper, emocionado.

Todos los jóvenes habían esperado aquel día con ansías. Se encontraban reunidos alrededor de una de las piscinas del hotel, listos para iniciar el torneo acuático de gladiadores. La dinámica era sencilla: dos contrincantes se subían a una plataforma flotante con sus respectivos bastones. El oponente que lograse derribar primero a su contrincante al agua, pasaba a la siguiente ronda. 

—Vale, solo para recapitular las reglas... —explicó el profesor Hopper —Quedan prohibidos los golpes en la cabeza, especialmente nada de golpes bajos —los jóvenes se rieron ante esto último —Si noto que alguien comete falta, haré sonar mi silbato y se desclasificará al que haya roto las reglas, permitiendo que el otro contrincante pase a la siguiente ronda. Recuerden que esto es más un juego de agilidad y equilibrio que de golpes fuertes al contrincante. Con que participen armoniosamente y se diviertan me doy por satisfecho —los chicos asintieron, emocionados.

Ruby se rió entre dientes y sonrió hacia sus amigas.

—¿Armoniosamente? Mi culo. 

—Rub, eres demasiado competitiva —bromeó Emma, codeando el brazo a su amiga. Ruby enarcó una ceja.

—Ay por favor Em, como si tu tampoco lo fueras —la rubia se encogió de hombros, pero sabía perfectamente que su amiga estaba en lo cierto: este tipo de juegos le encantaban y no se dejaría vencer tan fácilmente. Tenía unas ganas tremendas de darse contra su amiga de mechas rojas y ganarle. 

El profesor sacó dos papelitos al azar y llamó a Wendy Darling y a Tinker Bell como las primeras en enfrentarse. Las jóvenes se subieron a la plataforma, se estrecharon la mano y agarraron sus respectivos bastones. 

—¿Quién crees que gane? —susurró Ruby a sus amigas.

—Sin lugar a dudas Tink —respondió Emma, casi sin pensarlo —Wendy no se atreverá a pegarle porque le tiene miedo.

Belle asintió, apoyando la teoría de Emma. No había pasado ni una fracción de segundo en que el profesor había silbado para que empezara la partida, y Tink ya había ganado, al golpear en las costillas a su oponente con su bastón sacándola de la plataforma. Los chicos aplaudieron mientras Tink daba una voltereta tirándose al agua para regresar a donde estaban sus amigos.

Durante los siguientes veinte minutos se produjeron varios enfrentamientos más. Entre estos, Belle había perdido en su primera partida contra Graham, no sin antes aguantar un buen tiempo antes de ser tirada de la plataforma. Ruby se había enfrentado a uno de los estudiantes más pequeños, y para su deleite, ganó sin ninguna dificultad. Regina también había logrado ganar su partida contra una chica llamada Lauren que no había tenido la más mínima posibilidad de arrebatarle la victoria. En menos de tres segundos la hermosa morena la había expulsado de la plataforma.

El profesor volvió a sacar dos papelitos al azar y carraspeó antes de decir en voz alta quienes eran los siguientes en combatir. 

—Emma Swan contra... —los jóvenes veían al profesor impacientemente, mientras desdoblaba el segundo papelito —... Katherine Nolan.

La sonrisa de Emma se tornó radiante. Tenía tantas ganas de tirar a esa rubia fastidiosa al agua y lo haría con todo el gusto del mundo. Ambas jóvenes se subieron a la plataforma y cuando era el momento de estrecharse la mano, Kathryn lanzó una mueca de disgusto, como si Emma estuviera enferma y no quisiera que la contagiara. El profesor se dio cuenta del comportamiento de la joven y habló.

—Chicas, dénse la mano por favor. Sino no podrá empezar el juego.

Kathryn puso los ojos en blanco y extendió su mano para encontrar la de Emma, quién apretó su mano con la de ella más fuerte de lo normal. Kathryn la miró con una expresión retadora y le devolvió el apretón con más fuerza. 

La chica popular SWANQUEENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora