Capítulo 11. Ella no es mi novia

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C'est la vie Emma pensó, cruzando las manos debajo de la cabeza mientras sus ojos se cerraban lentamente.
Era el día después de su último enfrentamiento con Regina y la rubia había decidido que un día de relajación era más que recomendable para olvidar los tensos acontecimientos del día anterior. Vistiendo un bikini blanco, estirada sobre una toalla en la arena dorada, disfrutaba de un poco de rayos solares en compañía de Belle y Ruby. Fue exactamente el tipo de momento que ayudó a dejar de lado toda la tensión por un tiempo.

—Podría quedarme así para siempre— Belle susurró, acostándose, sus manos extendidas contra su cuerpo y disfrutando del suave calor del sol en su piel.


—Me alegro que hoy te unieras a nosotras, Em —Ruby dijo, su cabeza inclinada levemente hacia ella. Emma levantó la mano para protegerse los ojos de los rayos del sol que le impedían ver a la morena de los mechones rojos. 

—Yo también estoy feliz, está increíble el día —Dijo Emma, volviendo a su posición inicial mientras cerraba los ojos de nuevo, con las manos cruzadas detrás de la cabeza. Ella estaba consciente que había descuidado a sus amigas esos últimos días en que había estado pasando con Regina, aunque ellas asumían que desaparecía para estar con Kaya o tal vez con otra chica.

 Pasó una rato antes de que alguien volviera a decir algo, las chicas estaban demasiado ocupadas disfrutando de los rayos del sol y la serenidad que las rodeaba como para querer entablar conversación. La calma circundante les permitiría relajarse y apreciar plenamente el sonido de las olas que llegaban a lavarse con gracia contra las rocas y la cálida arena de Mallorca.

 
En algún punto los rayos solares  se volvieron insoportables para Emma, ​​quien sentándose en su toalla, escaneó los alrededores hasta que vio una pequeña cabaña con bar no muy lejos de donde estaban.

—Necesito una bebida o me desmayaré —Advirtió Emma levantándose por completo y quitándose la arena que se había adherido a su bañador y cuerpo.


—¿Alguien quiere algo?

—¡Si! Una piña colada por favor —Pidió Ruby.

—Que sean dos porfi —Dijo Belle.

Emma asintió mientras caminaba tranquilamente hacia la cabaña. Al llegar, la piel de Emma agradeció estar en un lugar sombreado y fresco. Emma se dispuso a sentar en una de los columpios de madera que habían frente a la barra. Tan pronto recibir las bebidas, Emma le dio un largo sorbo a su botella con agua, dejando escapar un profundo suspiro de satisfacción de sus labios. Una voz que la llamaba desde atrás la hizo saltar un poco, provocando que se derramara un poco de agua sobre su cuello.

—¿Entonces no fuiste tragada por el suelo? —La rubia se dio la vuelta reconociendo y vio a Kaya observarla con una ceja levantada. La mandíbula de la rubia cayó por unos momentos antes de transformarse en una sonrisa tímida tan pronto como sus ojos se atrevieron a posarse en la atractiva trigueña que había conocido unas noches antes. Llevaba un trikini de color azul turquesa y un pareo color beige amarrado en la cintura.

—Kaya —su voz se entrecortó de los nervios por haberla dejado botada esa noche en el antro—Siento mucho lo que pasó el otro día... —tragó nerviosa— Solo estaba apoyando a una... —iba a decir amiga, pero no sabía a esas alturas exactamente qué tipo de relación tenía con Regina, así que decidió optar por algo más genérico —...compañera de la escuela que estaba pasando un mal rato —Emma explicó, buscando las palabras adecuadas —Perdóname, me siento como una tonta por desaparecer —Kaya suavizó la mirada y asintió, aceptando la explicación de la rubia.

—Te acepto tu disculpa a cambio de una de una de esas piñas coladas —Perdónenme chicas pensó Emma.

—Trato —Emma la invitó a sentarse y le dio una de las piñas coladas, mientras ella se tomaba la otra.

La chica popular SWANQUEENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora